El tren accidentado el pasado día 5 en Ribas de Sil continúa estacionado, dos semanas después del suceso, en la vía principal de la estación de San Clodio-Quiroga. La situación dificulta el día a día de los usuarios, que se ven obligados a esperar o caminar por fuera del andén, a la intemperie y por zonas de poca visibilidad cuando es de noche.
El convoy afectado es un Alvia que viajaba hacia Barcelona. En la víspera de Reyes, alrededor de las 11.00 horas chocó contra unas piedras desprendidas sobre la vía entre las estaciones de Freixeiro (Quiroga) y San Clodio. No hubo que lamentar heridos.
La marcha fue interrumpida y el tráfico ferroviario entre Monforte y Ponferrada quedó cortado horas. El tren siniestrado pudo llegar a la estación de San Clodio y allí continúa desde entonces, a la espera de ser trasladado.
Fuentes de Renfe indicaron que los problemas técnicos generados a causa del impacto impiden la normal circulación del tren. Se ha solicitado la autorización de movimiento, pero los daños son tan severos que obligan a disponer de un permiso especial que todavía no ha sido concedido.
La presencia del Alvia averiado en la estación no entorpece el funcionamiento de la línea férrea, pero sí obliga a los usuarios a caminar unos cuantos metros, en algunos casos cargados con maletas o mochilas para el viaje, por zonas no habilitadas para llegar a los trenes o al andén. Y si deben realizar una espera, la hacen al aire libre.
Desde Renfe esperan que la autorización especial para mover el tren llegue a corto plazo, pero señalaron que no tienen una fecha prevista para la recepción.
Los daños. El impacto contra las piedras desprendidas se produjo en la parte delantera del convoy, que presenta un rasguño muy visible. Además, varias piezas del vehículo están rotas.
Al llegar a San Clodio después del accidente, los pasajeros fueron trasladados en un autobús fletado por Renfe hasta León. Allí, otro tren completó el trayecto.
El del pasado día 5 fue el segundo desprendimiento a la vía ocurrido en este tramo de la línea en los últimos seis meses. El primero tuvo lugar a finales de agosto del año pasado, cuando otro Alvia, en aquel caso procedente de Barcelona, descarriló al chocar con una roca. Tampoco hubo heridos.
