¿Qué fue de... Manolo L. Eiriz?

Estudió Magisterio y Psicología por vocación. Dedicó casi toda su vida profesional al colegio Escolapios e impulsó numerosas actividades extraescolares vinculadas al deporte, otra de sus pasiones. También hizo una incursión en política y se vuelca con el Camino de Invierno y con Semente
Manuel Eiriz, con su bicicleta, junto al colegio Escolapios, en el que ejerció gran parte de su vida. A.R.
photo_camera Manuel Eiriz, con su bicicleta, junto al colegio Escolapios, en el que ejerció gran parte de su vida. A.R.

Dice Manuel López Eiriz, Manolo para los monfortinos, que él no hizo nada en especial para salir en estas páginas, pero los hechos lo desmienten. Basta leer su currículo o acompañarle en un breve paseo por la ciudad para comprobar que, a sus 78 años, este docente jubilado apasionado del deporte se implicó en infinitos proyectos y que, por ello, todo el mundo lo saluda con mucho cariño.

Manolo estudió Magisterio por vocación y su primer contacto con las aulas fue en el colegio Ferroviario para cubrir una baja. Después pasó a los Escolapios, también en la ciudad del Cabe, y pidió el traslado al colegio San Antonio de Madrid para compaginar el trabajo con la carrera de Psicología. De vuelta, recaló en los Escolapios de A Coruña y en 1981 regresó al centro de la misma orden en Monforte, donde se implicó al máximo.

"Eu era ese mestre comodín e ao longo dos anos impartín distintas materias. Tamén fun orientador do centro", señala. Pero si a este hombre le apasionaban las aulas, más lo hacía el deporte: "Sempre pensei que o deporte é un complemento á ensinanza regrada único e pode aportar moito aos alumnos", añade.

Con los títulos de entrenador de baloncesto y fútbol y como apasionado del atletismo y del ciclismo puso en marcha numerosas actividades, formó varios equipos e incluso organizó campamentos de verano. "O noso reto sempre foi que participasen o maior número de rapaces posible e vivimos épocas con competicións entre os centros de Monforte estupendas. Chegamos a ter 300 nenos competindo en campo a través nas Lamas", recuerda.

Eiriz, vestido de peregrino, en una actividad el pasado curso con el colegio Escolapios. EP
Eiriz, vestido de peregrino, en una actividad el pasado curso con el colegio Escolapios. EP

Con todo, a este hombre aún le dio tiempo a emprender otras actividades. Se enganchó al Camino de Santiago y lo recorrió una treintena de veces en bicicleta. "Fixen todas as rutas agás o tramo de Santiago a Fisterra". En 2005 sintió la necesidad de dar un paso más y contactó con Aida Menéndez para echar una mano en la asociación que ella presidió hasta su reciente fallecimiento y que consiguió el reconocimiento oficial del Camino de Invierno en 2016. "O traballo de Aida é incuestionable e o reto da asociación sempre foi buscar o mellor para Monforte", comenta.

Confiesa Manolo que a él le cuesta decir que no, especialmente si se trata de trabajar por su pueblo, así que en 2007 aceptó liderar la lista del PP a la alcaldía de Monforte. "Eu non son político, pero foi unha experiencia máis e do que estou agradecido é de que todo o mundo que me acompañou  naquela aventura (estuvo cuatro años como concejal) me foi fiel e nunca me deixou só", concreta.

Eiriz, a la derecha de Feijóo, en 2007, cuando fue candidato a la alcaldía de Monforte. AEP
Eiriz, a la derecha de Feijóo, en 2007, cuando fue candidato a la alcaldía de Monforte. AEP

La jubilación en 2009 le dejó tiempo para meterse en el mundo de la música. Reconoce que "nunca tocara unha tecla", pero por casualidad entró en Os Xograres de Lemos, formación en la que canta, toca el acordeón e "paso o rato", bromea, y también forma parte del colectivo Semente, que ayuda al desarrollo de jóvenes emprendedores. Además, sale en bicicleta, tiene una pequeña viña en la ribera de O Saviñao y hace el chocolate para los alumnos de los Escolapios el día de San José de Calasanz. "Estou máis ocupado ca nunca, pero o bo é que agora paras cando che peta", añade.

Manolo está casado y no tuvo hijos biológicos, pero recalca que él y su mujer "nunca comemos sós, sempre estivemos acompañados". Lo que más le llena es encontrarse con los que fueron sus alumnos en el colegio o en el deporte y comentar cómo les fue la vida. "Emocióname que aínda me recorden", concluye.