Cualquier aficionado al fútbol de Monforte sabe quien es Albert Stroni, uno de los mejores jugadores que pasaron por el Club Lemos a lo largo de sus casi 100 años de existencia. De nacionalidad albanesa (Fier, 1971), llegó a España escapando de la férrea dictadura comunista de Enver Hoxha y de un país cuya economía autárquica era de supervivencia. Con 19 años, en 1990, aterrizó en Sevilla con la selección absoluta de Albania para jugar un partido con el conjunto español.
En el momento que fue convocado supo que se le abría la oportunidad de empezar una nueva vida. Sus padres, que conocían la intención de no regresar a Albania y solicitar asilo político en España, lo entendieron y lo apoyaron, aunque ello llegase a suponer, como así fue, un problema para ellos.
De hecho, tras quedarse en Sevilla, la dictadura de Hoxha echó a su madre de su puesto de trabajo y a su padre lo trasladaron de una fábrica a otra. Fueron, recuerda Stroni, "momentos muy duros".
También encajó con gran dureza la imposibilidad de poder jugar al fútbol en España. Una norma existente en aquella época se lo impedía a los que solicitaban asilo político. Su sueño se truncó y tuvo que regresar a Albania, donde comenzaba una especie de aperturismo a nivel político debido al ahogamiento económico y a las cada vez mayores protestas ciudadanas.
"Estaba desesperado en un país destrozado en el que sobrevivía el que podía y casi dejo el fútbol", apunta Stroni
Tras dos años en su país esperando a arreglar los papeles para regresar a España, Stroni reconoce que casi deja el fútbol. "Estaba desesperado en un país destrozado en el que sobrevivía el que podía", señala. Ya en España comenzó a buscar equipo de la mano de un agente llamado Carlos Uriarte, representante de Capello cuando este fichó como entrenador del Real Madrid.
Así, llegó a jugar en tres equipos de Segunda B, el Segoviano, el Mérida y el Don Benito. Después se marchó a Francia, donde jugó una temporada para, finalmente, recalar en el CD Ourense, que estaba en Segunda División.
"En Monforte siempre me sentí querido y respetado. Es un lugar que dio mucha estabilidad a mi vida", añade Stroni
Y desde allí se trasladó a Monforte de la mano del entrenador Carlos Vivero. "Jugué cuatro temporadas seguidas y logramos el ascenso a Tercera con Paco Seoane como míster". Fue el momento en el que fijó su residencia en la ciudad del Cabe, donde, dice "siempre fui querido y respetado". Se compró una vivienda pero como aún le quedaba "algo de fútbol", probó suerte en otros equipos españoles para, una vez más, volver a Monforte para jugar y entrenar al Lemos antes de retirarse del mundo del fútbol de forma definitiva en el año 2010.
Stroni manifiesta que la capital de la Ribeira Sacra es "un lugar que me ha dado mucha estabilidad. Conocer a la que es mi pareja, Celia, me hizo decidirme a quedarme aquí ya de forma definitiva y formar una familia". De hecho, tiene un hijo de dos años.
Echa la vista atrás y no duda en señalar que su vida "ha sido una verdadera aventura" y que se siente "un privilegiado en comparación con mis compatriotas en momentos en los que Albania lo estaba pasando mal". Añade al respecto que el fútbol le ayudó "a tener una seguridad que otros muchos no pudieron tener".
En Monforte, con su familia, regenta una empresa de compra y venta de coches de importación de ocasión en el bajo del inmueble con el número 110 de la Rúa Chantada. Lleva al frente de este negocio ya doce años y asegura que ahora le va "bien. Estoy muy contento, aunque al principio costó arrancar".