Los psicólogos ratifican a la víctima de violación de Monforte pese a que las heridas son leves

Los médicos detectaron lesiones por presión en los brazos, pero no signos de violencia en los órganos genitales

El acusado de violar a una mujer en Monforte escucha los cargos en el juicio. J.VÁZQUEZ
photo_camera El acusado de violar a una mujer en Monforte escucha los cargos en el juicio. J.VÁZQUEZ

El juicio por violación contra un vecino de Monforte de 59 años, en el que se enfrenta a diez años y medio de prisión, quedó este miércoles visto para sentencia en la Audiencia Provincial. La segunda jornada sirvió para que los peritos médicos y forenses expusieran sus conclusiones, aunque estas tampoco coincidieron: mientras que los psicólogos que entrevistaron a la víctima, una monfortina de 64 años, dieron total verosimilitud a su relato, la ginecóloga y las médicos forenses que la atendieron tras el ataque describieron unas lesiones leves que, sobre todo en el caso de las localizadas en la zona genital, pueden ser compatibles con una relación sexual normal.

Los jueces escucharon el testimonio de ambos sobre los hechos sucedidos la noche del 4 de julio de 2014 en un coche en un descampado de una parroquia de Monforte. La víctima narró una terrible experiencia en la que sufrió golpes por todo el cuerpo, bofetadas en la cara, estrangulamiento, tocamientos en los pechos hasta hacerle correr la sangre por el torso y mancharle el jersey, introducción de dedos en la vagina para provocarle desgarro y, por último, penetración.

La versión del acusado fue otra muy distinta: fueron al descampado de total acuerdo para mantener sexo consentido y las posibles lesiones y hematomas que pudiera tener la mujer se debían solo a las dificultades para consumar el acto en un espacio tan reducido como el asiento de un viejo Seat Málaga.

Los forenses indicaron que el enrojecimiento en la zona vagina podría haberse también en una relación consentida


En estas circunstancias, los dictámenes de los peritos se antojaban definitivos, aunque una vez escuchados es difícil saber si lo fueron. Los únicos concluyentes fueron los expertos que analizaron los restos orgánicos recogidos tanto del cuerpo como de las prendas íntimas de la víctima: había esperma y era, con una probabilidad de 11.000 trillones contra una, del acusado. Esto confirmaba la existencia del acto sexual, algo que nadie negaba.

También fueron contundentes los informes de las médicos de Monforte y de las forenses que atendieron a la mujer en el primer momento en lo que respecta a las lesiones sangrantes en el pecho de las que habló la víctima: no existían y las señales se limitaban a leves enrojecimientos, síntomas de una presión o una fricción.

HERIDAS. Sí presentaba señales muy visibles en los brazos y muñecas, que consideraron compatibles con haber sido sujetada por parte del acusado. Pero, por el contrario, la exploración genital solo detectó leves zonas enrojecidas y una marca mínima en un labio menor. "No son indicativas", dijeron las expertas, "de una relación necesariamente violenta. Pueden deberse a una relación sexual normal, consentida".

En cualquier caso, la ausencia de lesiones internas tampoco pudo ser presentada como concluyente, dado que se trata, según explicaron en la sala, de una mujer mayor que, por un lado, ha tenido tres hijos (lo que puede favorecer que no haya heridas en caso de violación), pero que según su propio testimonio llevaba muchos años sin tener sexo (lo que puede provocar esos enrojecimientos en caso de sexo consentido).

Mucha más seguridad mostraron los dos psicólogos forenses que entrevistaron a la víctima y la psicóloga de Monforte que la trata desde hace años. Los tres dieron total credibilidad al relato de la violación, independientemente de que hubiera contradicciones o cambios en algunos detalles a lo largo de sus declaraciones, algo considerado normal por ellos.

Le dieron total credibilidad incluso con los problemas de salud mental que ya presentaba la mujer desde al menos 2003, con una depresión crónica y un diagnóstico de trastorno de la personalidad. Sin embargo, fue precisamente la presencia de estos problemas previos la que hizo a los psicólogos forenses descartar en la víctima secuelas por la violación, ya que no encontraron en ella síntomas que no sean compatibles con los problemas que ya arrastraba.

Comentarios