Prodeme prueba un forraje de Sudán para producir en sus tierras más áridas

Plantó siete hectáreas de pasto para alimentar los casi cien bueyes que tiene en su nueva granja y ya hizo la primera corta ►Es una variedad adecuada para los terrenos más secos, que resiste altas temperaturas y tiene un sabor dulce que gusta al ganado

Trabajos de siega en una de las parcelas de Prodeme en la que se sembró pasto de Sudán. TOÑO PARGA
photo_camera Trabajos de siega en una de las parcelas de Prodeme en la que se sembró pasto de Sudán. TOÑO PARGA

MONFORTE. Pasto de Sudán. Ese es el nombre del forraje que crece este año en siete hectáreas de suelo repartido entre varias parcelas de la asociación Prodeme y con el que se alimentarán durante una primera etapa los bueyes que el colectivo cría en Monforte. La variedad no es nueva y en Galicia se habla de ella desde los años ochenta pero, pese a tener unas condiciones idóneas para zonas secas, en el sur de la provincia de Lugo no solía utilizarse.

Julio Cortiñas, el gerente de Prodeme, explicó que llevaba tiempo buscando alguna especie forrajera que se adaptase a los terrenos con los que cuenta el colectivo que no tienen sistema de regadío. Lo consultó con José Manuel Leiras, uno de los técnicos que trabaja en la finca Os Robles, dedicada a la investigación de cultivos y ubicada en A Veiga, en A Pobra do Brollón. Allí no trabajan con pasto de Sudán, pero Leiras le recomendó a Cortiñas que probase porque podía ser la variedad adecuada para sus parcelas especialmente secas.

Según Leiras, al pasto de Sudán, que como su nombre indica procede de ese país africano, le gusta el calor y resiste la sequía y los suelos áridos. Además, puede dar dos o incluso tres cosechas al año y es apto para silo o para convertir en heno.

Con estas perspectivas, en Prodeme contactaron con una empresa de Monforte que les pidió la semilla a Estados Unidos y sembraron en abril pasto de Sudán en varias parcelas hasta sumar siete hectáreas. Pese a que la primavera fue mojada y el inicio de verano está siendo húmedo y este forraje quiere calor, el pasto creció cerca de dos metros y ayer empezaron a segarlo.

Leiras cree que la aceptación por parte del ganado será buena porque su sabor es dulce y, si llega el verano definitivamente, en septiembre puede estar lista una segunda cosecha.

La capacidad de resistencia de esta variedad está relacionada con su rusticidad, pues es una planta básica. Además, no necesita de maquinaria específica para su siembra y es apta para alimentar vacuno, ovino y caprino.

En el caso de los bueyes que cría Prodeme se usará para alimentarlos en sus primeros años de vida. En una segunda etapa se empleará harina de maíz, que aporta la grasa que precisa esta carne.

Si el experimento funciona, Julio Cortiñas espera que la granja de bueyes de Prodeme, que en la actualidad tiene 96 cabezas pero cuenta con llegar a 200, pueda ser menos dependiente del forraje externo. El año pasado tuvieron que comprar 700.000 kilos de maíz para su ganado.

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