Coches estacionados en su plaza y un espacio muy reducido. De forma resumida, así se explica el problema al que tienen que hacer frente las ambulancias en el centro de salud de Monforte. Esta situación obliga muchas veces a los operarios a tener que preparar gente para los traslados o maniobrar en el centro de la Rúa Doutor Casares, muy estrecha y de sentido único.
Trabajadores sanitarios consultados por este diario señalan que el estacionamiento de vehículos particulares en la zona reservada a las ambulancias, situada justo enfrente de la entrada principal al centro, es "muy frecuente". Hablan de que sucede prácticamente todas las semanas.
Alguien llega, aparca su coche e impide que las ambulancias se detengan en el espacio habilitado para ellas. Eso provoca que los trabajadores del 061 tengan que pararse en el medio de Doutor Casares, lo cual provoca atascos.
El conflicto más reciente se vivió hace solo unos días. La ambulancia medicalizada se preparaba para trasladar a una paciente en estado muy grave al hospital comarcal. Tuvo que hacerlo en mitad de la calle, en vez de en el sitio que se les proporciona. La fila de vehículos acumulada detrás llegaba hasta la Praza Doutor Goyanes. Algunos conductores, desconocedores de lo que ocurría, incluso pulsaron las bocinas para intentar agilizar un tráfico que no se movía.
Trabajadores del 061 precisaron que este suceso se debió a otro problema, el escaso espacio con el que cuentan para estacionar la ambulancia medicalizada, cuyo tamaño es mayor. "É moi ampla e non hai sitio para ela na praza coa que contamos no centro de saúde", confirma a este periódico uno de los operarios.
El mismo profesional comenta que esta dificultad se resolvería por medio de una "ampliación do noso espazo, que podería facerse sumándolle o oco reservado ao persoal sanitario". Delante del centro de salud, dice el operario, hay una tercera zona para detener vehículos reservada a las personas que padecen discapacidades.
No es un problema nuevo. Los responsables del transporte sanitario de Monforte recuerdan un escrito remitido al Ayuntamiento en 2015 en el que alertaban de esta situación y pedían soluciones.
