El proyecto vitícola emprendido en 2017, en concreto de la parroquia de Deade, por un empresario oriundo de Pantón que dispone de una cadena de hoteles en las islas Canarias toma forma. Se llama Lorenzo López y ha sido capaz de restaurar una rectoral que antes fue un convento dominico fundado en el siglo XVI, además de adquirir hasta el momento 120 hectáreas de tierras para convertirlas en viñedos,
Lorenzo López señaló que su iniciativa es la propia de "unha persoa nativa de aquí que emigrou de nova e quixo volver ás súas orixes. O obxectivo era rehabilitar o convento e crear un proxecto vitícola sostible, moderno e mecanizado".
López ha bautizado su bodega con el nombre O Castro. En la actualidad dispone de 120 hectáreas donde ha plantado vides, todas situadas en Espasantes y Atán, aunque espera llegar a las 200. La variedad predominante es el godello, pero también cuenta con importantes cantidades de loureira, branco lexítimo y albariño, esta última variedad en diez hectáreas.
Su idea es "mesturar estas variedades de uva para ter un viño con bo aroma, bo padal e que non teña moita graduación", dijo.
Añadió que las plantaciones se realizaron en terrenos que estaban abandonados desde el punto de vista productivo, por lo que, a su juicio, "revalorizamos unhas terras que xa non son pastos dos xabaríns ao tempo que contribuímos a que non haxa incendios".
Un total de doce personas trabajan para Adegas O Castro durante todo el año. Para las campañas de poda, plantación o vendimia se recurre a empresas externas, llegando el equipo a componerse de más de 30 profesionales durante cerca de tres meses para trabajar en unos viñedos totalmente mecanizados.
El principal destino de los vinos que se elaboren en Adegas O Castro será para el autoconsumo en los hoteles de la cadena de Lorenzo López.
El alcalde de Pantón, José Luis Álvarez, dijo que la iniciativa privada "é moi importante para axudarnos a levantar o noso rural. Este proxecto xera emprego. Confiamos e desexamos o mellor futuro para este proxecto e outras iniciativas empresariais".
Se trata de una inmensa bodega excavada en el monte y reforzada con sillería. La historiadora Manuela Sáez considera que esta estructura fue realizada a finales del siglo XVI por el séptimo conde Lemos, Pedro Fernández de Castro, con el fin de que fuese lo que se conocía en aquel entonces como un ‘pozo de nieve’, una enorme nevera abovedada para almacenar en invierno la nieve que se transportaba desde las montañas cercanas hasta Monforte.
El fin era que el hielo guardado sirviese para conservar alimentos y refrescar bebidas.
Enoturismo
Tanto esta estructura como el convento dominico rehabilitado formarán parte de un proyecto enoturístico del empresario Lorenzo López.
