Los pirocúmulos, las nubes más temidas que avivan los incendios

Son corrientes de aire ascendente llenas de vapor y partículas incandescentes que contribuyen a extender aún más los fuegos
Nube en O Courel. ELISEO TRIGO
photo_camera Nube en O Courel. ELISEO TRIGO

Una de las varas para medir la peligrosidad de un incendio es su capacidad para generar pirocúmulos. Y los que sufre desde hace una semana la zona de O Courel la tienen y muy desarrollada.

Los pirocúmulos o nubes de fuego (flammagenitus) se forman por el intenso calor que provoca un incendio forestal. Este crea columnas de aire muy calientes que, por los movimientos convectivos, se elevan en el cielo junto a una mezcla de cenizas, partículas de humo y gases.

Al ganar altura esa gigantesca humareda y llegar a niveles atmosféricos donde el ambiente es lo suficientemente frío, el vapor de agua, que en grandes cantidades logra llegar hasta ahí arriba, cambia de estado, se forman gotitas de agua líquida y embriones de hielo y comienza a surgir el pirocúmulo, adoptando su parte superior la forma de una coliflor.

En ocasiones, los pirocúmulos tienen tanto poder calorífico que siguen subiendo con mucho material encendido el cual, cuando choca con el aire frío, se derrumba y cae a la superficie, provocando "lluvias de fuego", que pueden provocar nuevos focos secundarios y agravar el incendio forestal del que derivan. También pueden producir rayos y descargas eléctricas.

En O Courel estos días hubo pirocúmulos, lo que convirtió los incendios en erráticos y difíciles de prever. Ante una situación así lo que se aconseja son desalojos masivos como los que están teniendo lugar en la zona sur de la provincia lucense y también en la comarca ourensana de Valdeorras, convertidas en un infierno para los vecinos y para los equipos de extinción.

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