La caída de un pino situado a escasos metros de tres viviendas en el barrio de Outeiro, en la parroquia monfortina de Moreda, estuvo a punto de provocar una desgracia. Una mujer y su hijo, familiares de uno de los vecinos, estuvieron paseando poco antes por la zona en la que se desplomó el árbol.
Por fortuna nadie sufrió daños personales pero dos de las tres casas del barrio resultaron afectadas. En una, el pino bloqueó el acceso a la vivienda y en la otra, derribó el cierre exterior, tumbando varios metros de alambrada.
Los afectados, una vez pasado el susto, dieron aviso a la Policía Local de Monforte para que acudiera al lugar de los hechos y levantara un informe sobre lo ocurrido. También acudieron los bomberos monfortinos para cortar el pino y retirar los escombros.
Los familiares de la mujer y el niño indicaron que en el árbol no se apreciaban signos de enfermedad que pudiera debilitar su tronco y que tampoco hacía viento, por lo que achacaron la caída a su elevada altura y a la pendiente del terreno. Estos vecinos señalaron que el pinar está ubicado a menos de diez metros de las viviendas, por lo que, según recalcaron, incumple las distancias que fija la ley de montes.
BUSCANDO SOLUCIONES. Los afectados señalaron que llevan más de tres años alertando del problema. Primero avisaron al departamento municipal de medio ambiente y al no recibir contestación denunciaron los hechos antes la Consellería do Medio Rural, que les indicó que era el Ayuntamiento quien tenía competencia.
El gobierno local publicó en el BOP un requerimiento al propietario para la corta, y en 2018 la junta local apercibió al dueño advirtiéndole de que si no efectuaba la tala lo haría el Concello, aunque los pinos siguen en el mismo lugar después de nueve meses.
