Los bodegueros de la denominación de origen Ribeira Sacra ven con "una enorme incertidumbre" su futuro. En el primer cuatrimestre de este año tendrían que haber colocado en el mercado el 40 por ciento de la cosecha de 2019, pero la pandemia y el consiguiente cierre de locales de hostelería ha propiciado que el vino siga en las cubas. Han vendido algo, muy poco, entre un dos y un cinco por ciento de su producción, a los supermercados, pero tal cantidad de negocio no sirve, dicen, para garantizar "nada medio plazo".
Todos los profesionales consultados señalaron que no pueden invertir en botellas, corchos y etiquetas para embotellar la cosecha más grande de la historia de la denominación, que alcanzó los 7,2 millones de kilos de uva. "El coste es altísimo sin saber cómo evolucionará esto, la pandemia y el mercado. Hacer un gasto en embotellado puede ser una ruina". Por ello, el vino sigue en las cubas de acero inoxidable y en las de madera de roble envejeciéndose lentamente.
A partir de junio esperan que se aclare la situación y así poder echar cuentas. Lo que tienen totalmente claro es que por mucho que se reactive el mercado dejarán de colocar el 50 por ciento de la cosecha.
SEGUNDA PARTE. Es aquí el punto el que surge otro problema. Todo el vino que dejen de vender las bodegas quedará en ellas para el próximo año, para 2021, por lo que podría darse un problema para recoger toda la uva de la vendimia de este año (programada para septiembre), ya que los bodegueros no tienen capacidad para un almacenamiento extraordinario.
"Tendríamos que comprar nuevas cubas, con la importante inversión que ello supone, desconociendo cómo evolucionará el mercado. Mirando pros y contras creemos que debemos contenernos, ver el día a día, y tomar decisiones en función de datos objetivos", declaró el responsable de una de las principales bodegas de Ribeira Sacra.
PROPUESTAS. La Federación Española del Vino (FEV) trabaja con el sector y el Ministerio de Agricultura en propuestas y medidas para que viticultores y bodegas puedan afrontar la crisis del coronavirus. La FEV reclama que la Comisión Europea apoye al sector vitivinícola con un presupuesto extraordinario que permita implementar medidas extraordinarias, más allá de la dotación anual del Programa de Apoyo al Sector Vitivinícola Español (PASVE).
La FEV ponen sus esperanzas en la exportación, en la reapertura de la hostelería en otros países, como los del norte de Europa, que abrirán antes que los nacionales.
