Un paseo a caballo como medicina en la Finca el Carmen de Monforte

El amor hacio lkos caballos y la oportunidad de contribuir a mejorar la salud de las personas fue lo que motivó a Candy Rodríguez a ofrecer esta técnica en su finca en Monforte

Una niña en el campamento. TOÑO PARGA
photo_camera Una niña en el campamento. TOÑO PARGA

MEJORAR LA salud de una persona con un simple paseo a caballo o simplemente con cepillarlo son algunas de las posibilidades que ofrece la equinoterapia. De este tipo de técnicas sabe mucho Candy Rodríguez Castro, que en 2009 creó El Rincón de Finca el Carmen, en la localidad monfortina de Fiolleda. Desde entonces, ofrece la oportunidad de probar los beneficios de esta técnica tanto a personas con algún tipo de discapacidad como a aquellas que quieran mejorar su autoestima o probar técnicas de coaching.

La pasión de Rodríguez por los caballos se inició en su niñez, con clases de doma y equitación a las que asistió durante años. Esta afición le ayudó, posteriormente, a elegir su camino profesional, formándose como veterinaria. Mientras estudiaba en Lugo, la joven empezó a impartir clases de monta en centros de hípica, pero tras terminar sus estudios, comenzó a trabajar en un clínica veterinaria, lo que le obligó a aparcar durante un tiempo su afición.

Sin embargo, su círculo de amigos siempre la siguió animando para que volviera a dar clases a niños. Fue en el año 2009 cuando la joven, conocedora de los beneficios que aportan las terapias con animales, decidió viajar a Barcelona para recibir formación en técnicas de equinoterapia y empezar así un nuevo ciclo que le llevó a hacer de su afición su modo de vida.

De esta etapa en la Ciudad Condal, recuerda las «duras» sesiones prácticas por las dificultades que presentaban los alumnos, pero la experiencia le sirvió también para saber cómo quería plantear su proyecto y qué aspectos la diferenciarían de otros centros de similares características.

A la hora de trabajar con personas que usan la equinoterapia para mejorar sus condiciones de salud o de ánimo, Candy Rodríguez trabaja por objetivos. Se trata de dar pequeños pasos sobre las necesidades que tenga esa persona. Estas sesiones, que son individualizadas, consiguen que los usuarios «vuelvan a conectarse con su esencia y miren hacia sí mismos», apunta Rodríguez.

Un simple paseo a caballo sirve para que estas personas puedan trabajar la atención, los estímulos nerviosos o el movimiento. La propia naturaleza del animal, cuyos movimientos son tridimensionales, hace que los pacientes con dificultades de movimiento reciban estímulos que ayudan a su sistema nervioso y alivian la rigidez.

Las sesiones al aire libre suponen otro estímulo para los usuarios, que notan mejoría al ser un tipo de terapia distinta al que puedan realizar normalmente. De hecho, es tal la relajación que se consigue durante los paseos que muchos niños «llegan a dormirse», señala Candy Rodríguez.

En cuanto al vínculo entre las personas que practican equinoterapia y los caballos, la joven señala que este surge solo, ya que los caballos son muy receptivos al lenguaje no verbal. De hecho, «pueden distinguir hasta 17 expresiones faciales y leer los estados de ánimo», explica la responsable de Finca el Carmen.

Es por ello que este tipo de terapia no solo es recomendable para quienes sufren algún tipo de discapacidad, «sino que beneficia a todo tipo de personas». El contacto físico o la empatía entre caballo y persona hacen que se establezca un vínculo muy fuerte entre ellos. De hecho un caballo no andará si la persona no tiene confianza para dirigirlo.

Su buen hacer con los caballos ha llevado a que asociaciones de la zona, tales como Ruliños, realicen campamentos en El Rincón de Finca el Carmen. Pero también otras entidades gallegas apuestan por la finca de Rodríguez para hacer aquí sus terapias.

TRABAJO EN EQUIPO. Otro de los aspectos destacados de este espacio es el trato que se da a los caballos, «ya que esta terapia no tiene que beneficiar sólo a los usuarios, sino también al animal».

Uno de los principios que tenía claro Candy Rodríguez era que en sus instalaciones estos animales no iban a ser «una herramienta», y por tanto iba a plantear otra forma de tratarlos, ofreciéndoles la posibilidad de tener un espacio para ellos.

Precisamente esa opinión sobre el trato a los caballos hizo que en la selección de ejemplares también implicara un punto de vista solidario, que Candy Rodríguez todavía mantiene a día de hoy.

Aunque en sus instalaciones cuenta con cuatro caballos de pura raza española, los otros 14 con los que trabaja son de raza mestiza. Estos animales fueron recogidos o comprados con el objetivo de mejorar su calidad de vida y darles la posibilidad de pastar o correr libremente por las fincas, sin estar obligados a quedarse recluidos en un box cada vez que finaliza una sesión de terapia.

Aparte de estas técnicas de equinoterapia, la empresaria y su marido diversificaron la oferta a partir del año 2016 para ofrecer técnicas de coaching. Para ello, se celebran campamentos para niños y adolescentes, cuya finalidad es potenciar sus habilidades personales.

Las actividades también incluyen, desde 2014, paseos por el entorno o clases de hípica, que son impartidas por expertos en doma y equitación que, al menos tres veces al año, se desplazan a Monforte para compartir sus conocimientos. Y todo ello, apoyado en el respeto al caballo y a los beneficios que la monta de este animal puede ofrecer a las personas.

El objetivo de futuro que persigue Candy Rodríguez es «seguir ayudando a las personas a través de los caballos», ya que como afirma «subir a un caballo te hace sentir mejor».

En ese sentido, Rodríguez actualiza constantemente su formación como educadora, lo que le lleva a estar siempre al día en la adopción de nuevas técnicas de trabajo. Para ello, el entorno con el que cuenta en la finca monfortina es inmejorable y buena prueba de ello son las muchas personas que a lo largo de estos años se han pasado por las instalaciones para mejorar su salud y su estado de ánimo.

Una técnica usada en 1875

Aunque pueda parecer que la equinoterapia es una técnica reciente, el neurólogo francés Chassaignac ya la usaba en el siglo XIX. Este médico empezó a utilizar los caballos en sus tratamientos para  conseguir mejoras en la salud de sus pacientes.

Modalidades de trabajo
La equinoterapia constituye un campo de trabajo muy amplio, por lo que sus usos se dividen fundamentalmente en cuatro grandes áreas que utilizan estrategias terapéuticas diferenciadas. Se trata de la hipoterapia, la monta terapéutica, el volteo y la monta adapada.

 

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