Panadería Moure, cinco generaciones dedicadas al pan

CUANDO TODAVÍA quedan algunas horas para que la mayoría de los monfortinos empiecen a despertar, la actividad ya es frenética en Panadería Moure. Luis Aguiar comienza sobre las cuatro de la madrugada a preparar los productos que a partir de las 8.30 horas saldrán del negocio en dirección a las casas de los clientes.

Es la vida del panadero, un trabajo que se desarrolla de forma mayoritaria mientras todos los demás duermen. Hay que estar de pie mucho antes de que las farolas de las calles se apaguen para ofrecer el mejor servicio posible. Así llevan siendo más de cien años en Panadería Moure, un negocio que ha alcanzado las cinco generaciones con las manos en la masa.

Amparo Moure dirige un establecimiento donde pueden adquirirse pan, empanadas y todo tipo de dulces, como las célebres trenzas monfortinas, un exquisito postre elaborado con masa cuadrada, yema, chocolate, frutas del bosque y azúcar glass. Es una de las especialidades de la casa.

El panetone tiene gran aceptación entre el público, como el roscón de Reyes, o las célebres trenzas

Panadería Moure trabaja también en función de la época del año. Ahora toca la Navidad. Estos días tienen un importante éxito los panetones, que pueden ser de tres chocolates o de mango, melocotón y fresa. Pronto empezarán a salir del horno numerosos roscones de Reyes.

En definitiva, Panadería Moure es un paraíso para los golosos. Un establecimiento donde la jornada empieza muy temprano con el fin de que cuando los clientes empiecen a entrar por las puertas los productos estén recién cocinados, listos para que los disfrute el olfato y satisfacer al paladar.

NEGOCIO HISTÓRICO. El abuelo de Amparo comenzó una trayectoria que supera el siglo de existencia. Lo hizo en Canabal (Sober). Luego Panadería Moure llegó a Monforte, donde tuvo varias ubicaciones. De A Calexa pasó a la Rúa Reboredo y de allí a la Rúa Hortas hasta llegar a su actual situación.

Son cinco generaciones, como cinco son los encargados, junto a Luis Aguiar, de convertir la masa en comida, está Amparo, que se pone detrás de la barra y ayudada por una de las empleadas y una repartidora completa un equipo al que ni siquiera ese correoso y duro rival llamado covid-19, que no duda en emplear el juego duro si hace falta, ha conseguido vencer.

"Con la pandemia costó, pero hemos seguido trabajando y aguantando el temporal como pudimos. Aun así se trabaja, pero no al ritmo esperable", indica Luis Aguiar.

No han sido buenos tiempos para la hostelería ni para el sector servicios, pero ahí sigue Panadería Moure, poniendo en marcha el horno cada día, como en aquellos tiempos en los que la primera generación de esta familia panadera comenzó con la elaboración de roscones o bicas. Luego el negocio fue evolucionando, manteniendo siempre la panadería y sumando una cafetería, por la que muchos monfortinos apuestan por la mañana para empezar el día con un buen desayuno.

ASOCIACIÓN. Panadería Moure es uno de los muchos negocios de la ciudad que conforman el Centro Comercial Urbano (CCU) de Monforte.

Como parte del colectivo, los encargados del establecimiento asumen algunas de las máximas más importantes para hacerse, en conjunto, fuertes en tiempos difíciles. Conocen a los clientes y sus gustos, por lo que saben recomendarles lo mejor para asegurarles una buena compra.

El trato cercano y la proximidad están garantizados en un negocio que, además, tiene a su favor las ventajas que da la experiencia.