Pambre, mucho más que un castillo

La riqueza patrimonial que rodea la fortaleza tiene potencial para convertir el lugar en un referente "que trascendería fronteiras"

Entorno del castillo de Pambre. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Entorno del castillo de Pambre. VICTORIA RODRÍGUEZ

Muíño de Enrique. VICTORIA RODRÍGUEZEL CHURRASCO está bien. Muy bien. Pero sin su criollo y sus patatas, ya no tanto. Lo mismo se podría decir de un lacón sin grelos y garbanzos, unas almejas sin su marinera o una lasaña sin boloñesa. El concepto, pudiendo cambiarse el acompañamiento al gusto, está claro: una buena guarnición o salsa convierte un buen plato principal en una delicia. Pues en Pambre la situación es exactamente esa, la de un castillo-chuletón de buey perfectamente madurado tras su última restauración y con un arsenal de verduras y legumbres en los alrededores que, por desgracia, todavía no han sido puestos en el plato.

El entorno del castillo de Pambre es un lujo para los sentidos y un manantial de recursos aún sin explotar, como recuerdan desde la Orde das Donas e Cabaleiros do Priorato de Vilar das Donas, Os Lobos, que se muestran convencidos que el conjunto podría ser "un referente e unha icona que transcendería fronteiras, ao nivel de Cesky Krumlov -República Checa-, Warwick -Inglaterra-, Loarre -Huesca- ou Carcassone -Francia-".

En un radio de apenas unos cientos de metros del castillo (si se amplía el recorrido, el patrimonio es todavía mayor), las tierras salpicadas por las rápidas aguas del río Pambre son fértiles en posibilidades, aunque el estado actual de conservación de muchas de ellas no es el adecuado.

Puente medieval. VICTORIA RODRÍGUEZ"Polos camiños que baixan xunto ao castelo pódese chegar a un antigo muíño, o Muíño de Enrique, o típico que empregaban os agricultores galegos. Se se pon en valor podería amosarse o seu funcionamento e desfrutarse tamén do contorno. Moi preto do muíño está a planta de luz de Coello, que tamén podería restaurarse", narra José Manuel Pérez Paredes, presidente de Os Lobos.

El colectivo lleva tiempo reivindicado una ruta complementaria a la visita al castillo. "Hai unha ponte medieval que non está en ruínas, pero si bastante abandonada, e é das poucas polas que pasa un Camiño Real. E a menos dun quilómetro está o castro de Remonde, desde onde hai unhas vistas ao castelo impresionantes", asegura.

Pérez Paredes valora "os logros" alcanzados en el castillo en los últimos años, como su actual titularidad pública o su completa restauración, pero el potencial que ve en el emplazamiento le hace intentar ir más allá. Como al que le gusta la salsa marinera con las almejas o un buen criollo en su parrilla.

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