La prolífica familia Barbagelata, reconocida como una de las pioneras e introductoras del cinematógrafo en Galicia, tuvo como patriarca a Carlos Juan Barbagelata, nacido en Génova en 1816 y de profesión cristalero. Se le sitúa, por noticias recogidas en la prensa de la época, en Madrid allá por 1860, donde abrió en el número 27 de la calle Alcalá una exposición de singulares objetos de vidrio hilado. El cronista de la noticia, publicada en La Discusión del 9 de diciembre de dicho año, elogia el trabajo y el exquisito gusto del señor Barbagelata, al que augura un notable éxito. Indica que la entrada a la exposición solo cuesta dos reales y "la concurrencia al establecimiento del artífice cada día es mayor".
La exposición estuvo abierta hasta agosto de 1861, hecho que ratifica el triunfo que auguraba la noticia del periódico La Discusión. Una prueba, entre otras muchas, de su reconocimiento como artista vidriero fue que incluso la Reina Isabel II le encargó "varios objetos de su arte", según recogió el Diario Oficial de Avisos de Madrid, del 12 de mayo de 1861.
Este famoso y premiado artista del cristal tuvo relaciones con las hermanas Marcolina y Celestina Mucci. De la primera nacería en 1850 Giovani Barbagelata Mucci, que daría lugar a la rama portuguesa de esta saga. De la segunda nació, en 1851, Eduardo Barbagelata Mucci, que se casó con María Curotti Casin, pareja de la que saldría la que se podría llamar rama gallega de los Barbagelata. Además, hay un Teodoro Barbagelata Mucci, fallecido en Santiago de Compostela en 1883, mientras exponía una colección de figuras de cera en un local en las inmediaciones del Teatro Jofre, del que se desconoce su filiación en la familia, aunque por los apellidos tendría que ser también hijo de Marcolina o bien de Celestina Mucci.
Eduardo Barbagelata Mucci, que falleció en Monforte en 1930 a los 79 años de edad, tuvo, en principio, siete hijos: Eduardo, Pilar, Julia, Jorge, Claudina, Luis y Benito Ricardo. Después de recorrer buena parte de España con su espectáculo de fieras y sus exposiciones de piezas de cristal y figuras mecánicas de tamaño natural, acabó entrando, en el último tercio del siglo XIX, en el naciente mundo de la imagen (daguerrotipo) y luego en el cinematógrafo, que causó sensación entre el público.
EN MONFORTE. Eduardo Barbagelata Mucci, el patriarca de la rama asentada en Galicia, llega con su prole a suelo gallego allá por 1884. Los periódicos de esa época dan cuenta de la presencia de su pabellón de fieras y cinematográfico en Santiago, A Coruña, Ourense, Pontevedra, Vigo o Lugo, entre otras localidades. Después de ese periplo, la mayoría de las veces por las fiestas mayores de esas ciudades, acabarían asentándose en Monforte de Lemos. Ese aterrizaje en la capital de Lemos se sitúa allá por el año 1911. La Correspondencia Gallega: Diario de Pontevedra publica el primero de junio de ese año una información sobre la presencia del pabellón cinematográfico Barbagelata en Monforte de Lemos, destacando la alta concurrencia de público "en donde se exhiben hermosas películas de gran actualidad". Añade la noticia que "desde ayer se abrió al público el pabellón de la colección fieras que todavía conserva el señor Barbagelata, que además ejecuta ante el público delicados trabajos en cristal".
A la capital de Lemos llegó el patriarca Eduardo con su esposa María Curotti y cinco de sus hijos: Eduardo, Pilar, Julia, Jorge y Claudina. Los otros dos, Luis y Benito Ricardo, habían fallecido ya.
EL HIJO MAYOR. De la familia asentada en Monforte, destacó el mayor de los hijos, Eduardo Barbagelata Curotti, nacido en Zaragoza en 1882 y domador de profesión.
Aquí se casó con Flora López Parada, con la que tuvo cinco hijos: Alfonso, María Pilar, Carlos, Eduardo y José Barbagelata López. Además tuvo una relación fuera del matrimonio con su cuñada, Manuela López Parada, de la que nacieron otros tres hijos: Leopoldo, José y Manuel, que llevaron el apellido materno López Parada, al no ser reconocidos por Eduardo.
De estos tres vástagos naturales Leopoldo y Manuel emigraron a Cataluña, mientras José permaneció en Monforte, donde matrimonió y tuvo dos hijos: José Manuel y Alfonso López López. Este último, junto con José Manuel López Gifreu, hijo de Manuel López Parada, asentado en la localidad de catalana de Colomers (Girona), reivindican su pertenencia a la saga Barbagelata y a poder llevar por derecho propio ese apellido.
Alfonso, nieto natural de Eduardo Barbagelata Curotti, explica que su pretensión pasa únicamente por que "se reconozca que hay otros Barbagelata que han sido ignorados durante años", asegura. Relata que a su padre le llamaron siempre Eduardo, cuando en realidad su nombre de pila es José, "ya que todo el mundo sabía que era hijo de Eduardo Barbagelata". Cuenta también que el portero del Cine Moderno de los Barbagelata, cuando su padre iba a este local con sus compañeros, les decía "este no paga, que es hijo del jefe". Asegura también Alfonso que la gente mayor cuando era pequeño también le llamaba a él "Barbagelata".
Dónde consultarlo. En la web: www.colomersdeter.cat/colomers/barbagelata.htm se recoge un resumen sobre la rama familiar de los López Parada de los Barbagelata.