Los últimos actos vandálicos ocurridos en el paseo del río Cabe de Monforte, donde aparecieron varias luminarias destrozadas, han generado quejas de los vecinos, que reclaman que aumente la vigilancia nocturna por parte de las fuerzas del orden o que se instalen cámaras de seguridad que permitan identificar a los autores de estos destrozos recurrentes.
Durante el fin de semana, los vándalos se cebaron de nuevo con las luminarias del paseo del río. Se trata de dispositivos que están encastrados en el muro y que disponen de un cristal de un grosor considerable para proteger las lámparas. La mayoría de ellas aparecieron pintadas de colores o rotas y tanto unas como otras quedaron completamente inservibles.
La situación no es nueva, en este caso actuaron en la zona que bordea la parte trasera del asilo de ancianos que regenta una comunidad de monjas, pero en anteriores fechas ocurrió lo mismo en el tramo del parque de Os Condes o en el entorno del Paseo do Malecón.
En todas las ocasiones anteriores desde el Ayuntamiento se arreglaron con mayor o menor celeridad los desperfectos, pero los vecinos no creen que esa sea la solución. "Está claro que no se pueden dejar sin arreglar, pero también hay que plantearse medidas más allá de eso porque se están reparando con el dinero de todos y a los dos días las vuelven a destrozar", explicaba ayer uno de los usuarios del paseo.
Los vecinos creen que hay que dar un paso más e intensificar la vigilancia por parte de la Policía Local o instalar cámaras que permitan velar por el patrimonio público.
Insisten en que además de los episodios de las luminarias hay constantes ataques, especialmente en el casco viejo y en la zona de San Vicente.
ANTECEDENTES. El pasado mes de marzo varias viviendas del burgo medieval, en concreto de la Rúa Burato, aparecieron llenas de pintadas. En la mayoría de los casos, los vándalos eligieron como lienzo casas abandonadas y en algunas de ellas entraron y destrozaron puertas y ventanas.
Los vecinos aseguraron en aquel momento que estaban asustados y denunciaron que en la zona se hacen con frecuencia botellones ilegales.
Por entonces, el alcalde, el socialista José Tomé, rechazó la instalación de cámaras de videovigilancia como pedían ya los vecinos y se comprometió a estudiar la manera de reforzar la vigilancia policial nocturna, una medida que, según los afectados, no se ha notado.
Con lo ocurrido ahora con las luminarias en el paseo del río, los vecinos recuperan la petición de las cámaras de videovigilancia porque creen que es la única forma de tener cierto control de las zonas más apartadas del tránsito de gente.