Un monfortino acusado de violación dice que las relaciones fueron consentidas

Los hechos se remontan a julio de 2014, cuando el acusado abusó presuntamente de una vecina en un descampado de la localidad

Vista exterior de la Audiencia Provincial de Lugo. PEPE TEJERO (AEP)
photo_camera Vista exterior de la Audiencia Provincial de Lugo. PEPE TEJERO (AEP)

El ministerio fiscal solicita una pena de diez años y medio de cárcel para un vecino de Monforte, Víctor P., por una supuesta agresión sexual a una vecina del mismo municipio, perpetrada el 4 de julio de 2014 en un descampado de la localidad, en el interior de su coche, después de engañarla para que se subiese al vehículo.

La vista oral se está celebrando en la Audiencia Provincial de Lugo y el Ministerio Fiscal también solicita para el acusado una orden de alejamiento de la mujer durante doce años, así como 7 años de libertad vigilada una vez cumplida la pena privativa de libertad y el pago de una indemnización a la víctima de 23.000 euros.

Por su parte, la acusación particular eleva la petición de pena a doce años de cárcel y la indemnización en concepto de responsabilidad civil hasta los 50.496 euros, mientras que la defensa niega el relato de los hechos que hace el ministerio público y solicita la libre absolución.

De acuerdo con el relato del fiscal, ambos se conocieron en un bar, en el paseo del Malecón de Monforte y, después de estar charlando un rato, la mujer le dijo que al día siguiente iba a ir al funeral de aniversario de un vecino de la parroquia de Vilachá, por lo que el hombre se ofreció a llevarla a ella y a su prima, dado que también tenía intención de acudir.

Cuando la mujer salió del local, el hombre se subió en el coche y se ofreció a acercarla a su casa, porque así al día siguiente ya sabría dónde recogerla para llevarla al aniversario. De acuerdo con la composición de hechos del ministerio público, en vez de parar en casa de la supuesta víctima, lo que hizo fue llevarla a un descampado y consumar de forma muy violenta la violación.

En la vista oral, el acusado negó los hechos que se le imputan y aseguró que las relaciones entre ambos fueron consentidas, dado que los dos salieron juntos del bar con la idea de tener sexo. Durante su declaración, aseguró que la mujer "en ningún momento se opuso" a mantener relaciones sexuales con él y dijo que "jamás le puso la mano encima" de forma violenta, porque es un hombre totalmente "contrario a la violencia de género".

"Lo pasamos bien", dijo el acusado, aunque también comentó que "fue complicado", porque la mujer era "muy torpe" y, en el interior de un Seat Málaga, "si ella no quisiese", hubiese sido "imposible" consumar la relación.

Reconoció que estaba "borracho" ese día y que pensó que la víctima también lo estaba, aunque el propietario del bar declaró que la mujer solo bebía refrescos.

"No tengo explicación", contestó cuando fue preguntado por las lesiones que presentaba la mujer, a la que dijo que "nunca" había vuelto a ver después de ese día.

La versión de la víctima fue totalmente diferente, dado que testificó en la vista oral que había salido sola del bar y que el acusado la había seguido con el coche, además de confirmar que no había tomado nada aquella noche, porque sufre desde hace 23 años una "depresión" y no prueba "ni el alcohol ni el café".

El hombre se ofreció a acercarla a su casa con la excusa de conocer el lugar en el que tenía que recogerla al día siguiente para ir al aniversario, pero cuando llegaron a su domicilio, en el casco urbano de Monforte, "aceleró todo lo que pudo". Según la víctima, "conducía como un loco" y ni siquiera respetaba "los semáforos" que se iba encontrando a su paso.

"Intenté tirarme en marcha", manifestó la mujer, quien también aseguró que el acusado la amenazó y le espetó: "No chilles, porque nadie te va a escuchar. A las que vinieron antes tampoco las escucharon".

Cuando llegaron al descampado, supuestamente la abofeteó, le retorció las mamas y la agarró por el cuello, al tiempo que la amenazaba con "cortarle el pescuezo" y tirarla a un canal próximo.

"Me insultaba, me llamaba puta y zorra", testimonió la víctima, que también aseguró en la vista que "nunca" había llevado "una paliza" como la que le propinó el acusado.