Monforte tendrá 638.000 euros para rehabilitar casas del casco antiguo

El alcalde firmó un convenio con el Gobierno central y la Xunta de Galicia para realizar obras hasta el año 2025
José Tomé, con la ministra Raquel Sánchez en la firma del convenio. EP
photo_camera José Tomé, con la ministra Raquel Sánchez en la firma del convenio. EP

El alcalde de Monforte, José Tomé Roca, firmó en Santiago la adhesión del Ayuntamiento al programa de regeneración y renovación urbana del casco histórico al amparo del Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, firma que llevó a cabo con la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez.

Supondrá que se habiliten 636.898 euros en aportaciones a la restauración de edificios y viviendas, pero también para la reurbanización de espacios público.

En total, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana destinará 405.522 euros; la Consellería de Medio Ambiente, 104.785; y el Ayuntamiento de Monforte, 126.590, el 19,87% del total.

José Tomé animó a los vecinos a solicitar estas importantes ayudas con el objetivo de que acometan la rehabilitación de sus casas. A la mejora de las que se encuentren situadas en el área de rehabilitación integral (Ari) se prevé una ayuda de hasta 24.000 euros por vivienda y las obras se podrán ejecutar hasta el año 2025.

La idea es evitar el colapso del casco viejo monfortino, que desde hace años sufre una alarmante pérdida de vecinos, siendo especialmente grave en dos calles de las más antiguas de la ciudad, como son Abeledos y Ramberde, donde la mayoría de las casas se encuentran deshabitadas y tienen colgado un cartel de "se vende".

En concreto, según un estudio realizado por los redactores del plan especial de protección del conjunto histórico de la ciudad, en estas dos vías hubo una disminución de vecinos del 35 por ciento en tan solo unos quince años, la más elevada de los espacios analizados.

El casco histórico de Monforte cuenta con un total de 1.704 casas dentro de su ámbito de protección. De ellas, 700 son unifamiliares y el millar restante tiene dos o más viviendas.

Todas comparten dos problemas. Uno es su mal estado de conservación y, otro, que están desocupadas, por lo que se teme que su deterioro vaya en aumento al no recibir ningún tipo de atención ni cuidado por parte de sus propietarios.

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