El XX Coloquio- Congreso Internacional Historia de la Educación, bajo el título Identidades. Internacionalismo. Pacifismo y Educación. Siglos XIX y XX, empezó en Monforte con 150 investigadores acreditados, quienes hablarán sobre los modelos educativos existentes a lo largo de estos dos siglos. La socióloga Julia Varela abrió el congreso con una conferencia en donde analizó la identidad social de los individuos y los modos de educación.
Al acto de apertura, que se celebró en la casa de la cultura, acudieron el presidente de la Sociedad Española de Historia de la Educación, Eugenio Otero Urtaza; las vicerrectoras del Campus de Ourense y Santiago, Esther de Blas Varela y Mar Lorenzo Modelo; así como el catedrático de la Universidad de A Coruña, Narciso de Gabriel, la diputada de Cultura de la Diputación de Lugo Pilar García Porto, y el presidente del congreso, Xosé Manuel Cid. También les acompañó el alcalde de Monforte, José Tomé. Todos ellos resaltaron la importancia de la educación para conseguir una sociedad más igualitaria, progresista y como motor para el cambio social.
En el congreso, los expertos asistirán a la exposición y el debate 117 comunicaciones. De ellas 47 se enfocarán hacia la sección de identidades, 29 al internacionalismo, 15 al pacifismo y 22 a otros aspectos. Estos trabajos estarán preparados por investigadores de las universidades de A Coruña, Santiago de Compostela y Vigo en colaboración con los centros de Firenze (Italia), Nova de Lisboa (Portugal) y del Estado de Santa Catarina (Brasil). Habrá también una conferencia, un simposio y dos talleres.
PLENARIO. El coloquio de apertura corrió a cargo de la catedrática emérita de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Julia Varela, quien habló sobre las identidades sociales y los modelos educativos durante la historia, centrándose en la época de la Contrarreforma.
La investigadora apuntó que la identidad social de los individuos se conformaba según la clase a la que pertenecían y el modelo de aprendizaje que recibían. Varela señaló que en aquella época se consideraba la educación como un elemento perpetuador del origen social. La catedrática de Sociología apuntó que las enseñanzas se constitutían para el mantenimiento de las clases, para crear buenos súbditos y cristianos, y que se centraban en el cuidado del habla, la destreza del ingenio o el cuidado del cuerpo. Varela apuntó que la Contrarreforma contribuyó a empobrecer la educación de las clases bajas y a retrasar los avances sociales.
