López Bourio: "Hay que frenar el abandono rural y evitar que la gente se siga yendo"

Aunque dice estar jubilado, este veterano empresario lucense está embarcado en un ambicioso proyecto con el que busca dinamizar el geoparque de O Courel a través de iniciativas que fomenten el emprendimiento, así como la rehabilitación y recuperación de aldeas
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photo_camera José María López Bourio. XESÚS PONTE

Aunque ya está jubilado desde hace unos años, José María López Bourio continúa totalmente vinculado al mundo empresarial y a todo aquello que tenga que ver con «el desarrollo de Lugo». Cofundador de la CEL en el año 1977 y, veinte años más tarde, de la Fundación CEL, en la actualidad preside un grupo de empresas cuyo objetivo es el desarrollo territorial. Su proyecto ‘O Courel, destino y futuro vital’ centra, hoy en día, buena parte de sus esfuerzos.

¿En qué consiste el proyecto que quieren poner en marcha?
Esta iniciativa piloto tiene como objetivo fundamental la colaboración público-privada para poner las bases del desarrollo de un territorio que tiene muchas potencialidades. Hay que frenar el abandono del rural y evitar que la gente se siga marchando.

O Courel es un ejemplo de eso que se ha dado en llamar las España vaciada. ¿Por qué eligen este territorio y no otro?
En vez del término vaciada, yo prefiero referirme al de la España abandonada, porque las inversiones de las administraciones públicas se han basado más en el ratio de habitantes y número de votantes que en la apuesta por el desarrollo. Dicho esto, O Courel es una comarca que tiene poco más de 500 metros cuadrados entre los tres municipios —Folgoso, Quiroga y Ribas de Sil— y una densidad de población que oscila entre los 13 y los cinco habitantes por kilómetro cuadradado, con una pirámide de edad, superior a los 57 años de media y sin apenas nacimientos. Aún así es una comarca muy rica en recursos naturales y el reconocimiento del geoparque por parte de la Unesco fue un gran logro, que supuso la unión de tres municipios, independientemente de su color político. Estas características son las que nos han animado a iniciar aquí este proyecto, que busca captar las inversiones públicas necesarias para desarrollar y atraer población a la zona. 

¿Sobre que pilares sustentan ese desarrollo para O Courel?
Se trata de una comarca muy rica en cuanto a recursos naturales y con un gran potencial turístico. Aún así, se necesita que ese turismo sea de más calidad en el sentido más amplio. Un tipo de visitante que valore el desarrollo sostenible, la historia, el patrimonio, los yacimientos arqueológicos —aquí hay más de 100 explotaciones auríferas romanas— los cuatro museos que hay en la zona, los alojamientos con encanto, las experiencias en torno al vino... En este sentido, ya hay iniciativas que están en marcha y que son muy ilusionantes. Aún así, O Courel tiene que ser un producto turístico conjunto y el visitante lo debe identificar como un todo.

Pero esas potencialidades turísticas deberán ir acompañadas de algo más para lograr ese objetivo de asentar población.
Es cierto. Por eso hacemos hincapié en la riqueza de esta tierra en de materias primas, como pizarra, maderas, rocas graníticas, lo que tiene que servir para la rehabilitación de las múltiples aldeas que están hoy abandonadas y que podrían ponerse en valor. Esta rehabilitación significará además la creación de empleo y de nuevas empresas, aunque eso debe conllevar también un cambio en la política de empleo de las administraciones. Es decir, se necesita formar personal cualificado en profesiones como carpintería, cantería, ferreiros, jardinería, etc. 

En cierta medida eso lo cubren hoy en día los talleres de empleo municipales.
Hoy en día estos talleres cubren necesidades puntuales, pero no se está dando una formación teórico-práctica que permita tener un oficio que dé para vivir. Para eso hay que convencer a la gente joven de que el trabajo manual en una aldea es digno y, sobre todo, que se puede vivir de él.

¿Y cómo se puede llegar a esa gente joven?
Esa es una de las partes más importantes del proyecto. Hablar con esos jóvenes y generarles ilusión, pero siempre en base a unas expectativas reales de desarrollo. No somos políticos, somos empresarios y lo que queremos es a ayudarles a planificar un futuro mejor, pero en base a una rentabilidad.

¿Detectan interés?
A día de hoy tenemos identificados a media docena de emprendedores con proyectos vinculados al vino y hostelería o, por ejemplo, a productos como el aceite. La comarca también es rica en otros productos como cereza o castaña, pero todo se vende a granel, sin elaborar, y por ello es necesario que en este mismo territorio surjan proyectos que transformen estos productos y cierren el círculo.

¿Cómo se atrae ese talento?
Tenemos una colaboración muy estrecha con el Campus Terra, con la CEL y Fundación CEL. Se va a hacer un campus de verano en la estación científica de Seoane y la idea es atraer talento de toda España, a través de plataformas como Red Natura o Naturalízate.

¿Y cuál sería su papel como empresa privada?
Nosotros diseñamos ese marco al que creemos que es hacia donde se debe desarrollar el Courel. Lo hacemos a través de planes de diversificación económica, competitividad empresarial, desarrollo turístico y atracción de emprendedores. Nuestro proyecto no es un maná para repartir dinero, sino que somos una entidad privada que quiere atraer la inversión pública necesaria para ayudar a quienes quieran emprender y vivir aquí.

¿Cómo se podrá acceder a esa información?
Toda esos datos van a estar centralizados en nuestra web —www.ocoureldestinoyfuturo.es— donde aparecerán todos los servicios e informaciones sobre este territorio, pero también los tipos de subvenciones y ayudas disponibles a las que se pueden acceder.

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