Nerea Dukart Rodríguez, de nueve años de edad, fue este domingo la gran protagonista en la iglesia nueva de Chantada. Allí se celebró su primera comunión, que también es la primera que se lleva a cabo en esta parroquia desde el inicio de la pandemia de Covid-19, que había obligado a suspender este tipo de actos religiosos.
Acompañada de familiares y amigos, Nerea pudo por fin comulgar por primera vez. Fue en una ceremonia atípica por la amenaza de la enfermedad, pero igualmente especial por esperada. La niña será para siempre la primera que recibió el sacramento en Chantada en tiempos de Covid.
Dentro de la iglesia hubo que respetar las ya famosas distancias de seguridad. Con menos gente de la habitual al estar el aforo limitado y con la obligación de portar mascarillas, la pequeña Nerea escuchó la misa del parróco, Manuel Areán, y recibió la primera comunión de manos del diácono, Alejandro Asorey.
Al terminar la liturgia, los invitados a la primera comunión de Nerea comieron en el restaurante Os Pendellos. Después pasaron una tarde agradable, que sirvió para olvidarse de la pandemia durante unas horas y acompañar a la niña en una jornada muy especial y emotiva.
Muy poco a poco, la normalidad hace el amago de regresar. Todavía con cautela, porque el virus amenaza, pero las medidas de seguridad impuestas para evitar contagios ayudan estos días a recuperar parte de la vida cotidiana de las personas, interrumpida con el duro confinamiento.
En Chantada no se había celebrado este año ninguna primera comunión, a pesar de que había varias programadas. Nerea sí ha podido llevar a cabo la suya y pasar posteriormente un gran día.
