Explica Sara Méndez Arias que cuando ella era pequeña "en Sober ou ías á escola de música ou a fútbol e eu escollín o primeiro". Ni ella ni su familia se imaginaban por aquel entonces que la música y el saxofón se convertirían en el medio de vida de Sara y le permitirían viajar por Europa. Viendo los resultados, ella se considera afortunada por "ser dun concello no que hai escola de música".
Por casualidad empezó esta joven en la música y el azar también jugó un papel importante a la hora de elegir instrumento. "Tirábanme o saxo e a frauta traveseira pero na frauta doce non tapaba ben os buracos e iso era un problema coa traveseira, así que por lóxica collín o saxo", dice. Y ahí empezó la historia de amor entre Sara y el saxo.
Durante años combinó la Escuela de Música de Sober, con la propia Banda de Música (en la que continúa) y con el conservatorio de Ourense. Allí asistía encantada a las clases de Emilio, su profesor, y la embelesaba el ambiente en las aulas. Aunque su familia sufrió en silencio diez años de viajes casi diarios entre Sober y Ourense. "Daquelas moitos nenos de Sober íamos ao conservatorio a Ourense. Había que viaxar como mínimo un par de días á semana, e cantos máis cursos pasabas, máis subían os días. Os pais facían turnos para ir levarnos e recollernos, pero a verdade é que deixaban moitos cartos e moito tempo na estrada. Recordo que ao remate de cada curso, xa cando pasaba a adolescencia, na casa sempre me preguntaban, "para ano xa non te matriculamos?» e eu sempre dícía: seguimos outro ano e a ver".
Y lo que se vio es que Sara era feliz en el conservatorio y cuando remató los estudios se fue al Conservatorio Superior de las Islas Baleares, en Mallorca, para formarse con Rodrigo Vila. Escogió ese centro por su programación, por su enfoque didáctico y dice que fueron cuatro años maravilloso en los que tuvo la oportunidad de asistir a varias master class con los mejores profesores de Europa y participar en muchos conciertos.
POR EUROPA. De Mallorca, Sara cogió el avión a Londres para hacer un máster de interpretación en el Royal College of Music con el docente Martin Roberson. "Fun grazas a unha beca e foi incríble residir e estudar dous anos en Londres, abriume a portas de concertos de altísimo nivel e de todos os estilos", comenta.
La siguiente parada fue Bélgica donde se especializó en música contemporánea y experimental y formó parte del Ensemble Ictus. Cuando la experiencia belga tocaba a su fin, Sara tuvo que decidir entre acercarse a casa o seguir recorriendo mundo y optó por la primera opción.
De vuelta a Galicia recuperó los ensayos con la Banda de Sober, entró en el mundo de la docencia como profesora de Música de Secundaria y combina eso con la actividad concertística. Está en dos formaciones de música experimental y contemporánea. En los Ensemble Pulso, del que forman parte otros tres músicos gallegos que se conocieron en Bélgica y da conciertos en el ámbito autonómico, y de Container, que tiene su base en Basilea. También hace colaboraciones puntuales con otras formaciones y, por ejemplo, hace un tiempo la invitaron a tocar con Vertixe Sonora. Además, no quiere perder su dominio de la música clásica y se junta muchas veces con Ana Gayoso (piano), sin olvidarse de su Banda de Sober.
De cara al futuro, tiene algún proyecto a punto de cerrarse a nivel concertístico y seguirá con la docencia. "Estaba tan focalizada na formación e na interpretación que nunca lle prestara moita atención a iso, pero a docencia sorprendeume, porque é tamén unha aprendizaxe continua", asegura.
