Herencia de hijas a madres

El Quicela crea un grupo de entrenamiento conformado por progenitoras, atraídas por la disciplina gracias a las más pequeñas. Actuarán en las galas organizadas por la entidad
Quicela (8)
photo_camera El grupo de madres del Quicela, junto a sus hijas en el pabellón de A Pinguela. MIGUEL PIÑEIRO

Es muy habitual en el mundo del deporte que los adultos abran paso a los niños. Hay muchos casos de padres que practican una determinada disciplina cuyos hijos heredan su talento y continúan con la tradición. En el Quicela han invertido este proceso. Las más pequeñas dieron los primeros pasos y sus progenitoras, atraídas por lo que hacen, se animaron a probar.

El resultado es que este club de gimnasia rítmica cuenta ahora con un grupo de once mujeres adultas que, igual que hacen sus hijas, acuden a entrenarse cada lunes bajo las instrucciones de Jessica Quiroga, la coordinadora del club. No compiten. Solo pasan un rato de diversión que les sirve para participar luego en las diferentes galas que organiza el Quicela.

La experiencia, dice Jessica Quiroga, resulta muy gratificante. La preparadora afirma estar muy sorprendida con las evoluciones de las madres, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría nunca ha practicado gimnasia rítmica, un deporte muy exigente desde un punto de vista físico y técnico. "Pensei que lles ía custar máis, pero o certo é que en pouco tempo evolucionaron moito", confirma la entrenadora del Quicela.

La explicación que la coordinadora del club encuentra a que el trabajo con las madres esté resultando sencillo reside en el conocimiento del cuerpo. "Teñen un control sobre el do que carecen as pequenas, que aínda o están descubrindo. Por iso resulta máis fácil adestrar con elas do que imaxinei inicialmente", subraya.

Jessica Quiroga añade que esta actividad surgió gracias a la exhibición que clausuró la temporada pasada. La entrenadora quiso que las madres formasen parte del espectáculo junto a sus hijas. Se lo pasaron tan bien que no quisieron que la experiencia muriese aquel día, así que se pusieron de acuerdo para crear un grupo que se ejercitase una vez a la semana.

"As primeiras sesións foron complicadas e moitas tiñan dores ao día seguinte. Unha vez colleron o ritmo, todo resultou moito máis sinxelo", concluye Jessica Quiroga, que ahora instruye a las madres para que puedan saltar al parqué en la tradicional gala navideña del Quicela. Será una velada para que hijas y madres compartan escenario. Las segundas llamadas por las primeras, dando la vuelta al árbol genealógico.

EL CLUB. Esta novedosa iniciativa complementa los servicios de una entidad que fomenta la gimnasia rítmica en Monforte. Jessica Quiroga cuenta en sus filas con entre 80 y 90 deportistas en edad "baby", prebenjamín, benjamín, alevín, infantil, cadete y sénior. Todos sus equipos compiten en categoría Escolar o Promoción, que son provinciales y autonómicas.

Jessica Quiroga señaló que de cara a la próxima temporada, que arrancará en unos meses, quieren preparar a una deportista para competir de forma individual en el nivel máster. Se refiere a Deborah Pereira, quien la ayuda con los entrenamientos. "Estamos intentando convencela. Sería sensacional que se animara, porque competiría con ximnastas 20 anos máis novas ca ela", apunta.

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