La jornada del miércoles fue, como cada 21 de septiembre, muy especial en Monforte. Cientos de personas agrupadas en pandillas de familiares y amigos se desplazaron hasta la parroquia de A Parte para comer y beber y, así, en honor a San Mateo, despedir el verano. En la otra punta del municipio, en la Rúa Reboredo, se celebró otra fiesta para honrar al santo y a la vez para conmemorar los quince años de vida de la empresa monfortina Alcor Seguridad, gerenciada por Carlos Somoza.
Más de 300 personas se dieron cita en el lugar para hablar, comer y presenciar una actuación de la orquesta Panorama, exclusiva para los invitados de la fiesta de Alcor.
Todo comenzó pasadas las dos de la tarde en las antiguas instalaciones de la empresa de prefabricados de hormigón Pérez Curto. Comenzaron a llegar los invitados, entre ellos los alcaldes de Sober, Quiroga y O Saviñao, así como el de Monforte, que llegó a última hora de la tarde, además de representantes políticos de diferentes partidos.
Empanadas de todo tipo y unas grandes paellas fueron el sustento de los comensales a la espera del plato fuerte, que no era otro que una actuación privada de la orquesta Panorama, propiedad durante años de Carlos Somoza hasta que a finales de 2019 la vendió.
Somoza, durante la comida, se dirigió a los invitados agradeciendo a cada uno de ellos el apoyo recibido cuando creó Alcor Seguridad. Muy emocionado en su intervención, recibió el aplauso de todos, siendo el momento culmen cuando le entregó a su esposa Raquel un gran ramo de rosas al tiempo que su nieto lo abrazaba y le llenaba de besos.
Alcor es una de las más importantes empresas de seguridad privada a nivel nacional, con un millar de personas en nómina.
En A parte. Mientras, en A Parte, los monfortinos vivieron otra fiesta, no menos vistosa y multitudinaria, que tuvo lugar en los campos que circundan los ríos Cabe y Mao.
Allí, el equipo básico para participar en esta populosa romería consiste en una camiseta con mensaje, en el caso de los más jóvenes; y, sobre todo, en llevar una taza colgada del cuello y mucha comida y más bebida para aguantar desde las primera horas de la mañana hasta las últimas de la tarde.
Por eso, este miércoles, en A Parte, la cantidad de gente de todas las edades que se reunió en los prados cercanos a los ríos Cabe y Mao fue de las mayores que se recuerdan en los últimos años.
Si se hace referencia al menú propuesto por las numerosas pandillas que montaron sus casetas en A Parte destacaban los mejillones al vapor, el pulpo estilo feria, el salpicón de marisco, las empanadas llenas de codornices, conejo, vieiras, zorza, bonito, zamburiñas y un largo etcétera, amén de ternera y corderos asados, así como dulces caseros variados.
La bodega estuvo formada por vinos blancos godello y tintos mencía, además de licores realizados con aguardiente, como alguno tan extraño como el de maceración de tomate.
