Geoceanic finalizó tras dos años la exploración de A Buraca das Choias

El grupo de espeleobuceo se adentró hasta el sifón 11 y trabaja en una recreación 3D de la cueva courelá
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photo_camera Una de las pocas cavidades de la sima que no se encuentra inundada. GEOCEANIC

El grupo de espeleobuceo Geoceanic acaba de anunciar que ha dado por finalizada la campaña de exploración de una cueva casi totalmente inundada existente en Visuña, una parroquia de O Courel, conocida como A Buraca das Choias. Especialistas de este colectivo han necesitado dos años y tres meses para completar el recorrido por las cavidades para topografiarlas y, a partir de ahora, realizar una reconstrucción en 3D.

Desde Geoceanic señalaron que tras sobrepasar el sifón 11 (se llama así a las partes inundadas de las cuevas) y continuar por un estrecho cañón, el cauce activo del río subterráneo "se hace impenetrable, siendo imposible el avance". Asimismo, destacaron también que fueron exploradas las galerías anexas "a la descomunal sala Machay, que quedaron pendientes de un anterior incursión".

Con todo, destacaron que fueron dos años y tres meses "muy duros, pero el esfuerzo ha merecido la pena". Añadieron que es posible que pueda aparecer alguna galería secundaria tras revisar todo lo explorado y cartografiado, pero que lo principal, "lo evidente, está acabado".

Fernando Debesa, integrante del colectivo Geoceanic, señaló que no hay nada "igual en Galicia. A Buraca das Choias es impresionante, única". No dudó en comparar los descubrimientos hechos y la emoción que tuvieron al llegar a ciertos lugares de la cavidad , sobre todo a grandes galerías llenas de estalacticas y estalagmitas, como la que pudo tener el primer hombre que pisó la Luna.

Debesa aclaró que el trabajo desarrollado, pese a su complejidad, resultó "muy satisfactorio por los resultados obtenidos", deshaciéndose en elogios hacia esta sima por las particularidades que atesora.

OTRAS CUEVAS. O Courel es el lugar ideal para los amantes de la espeleología sin necesidad de practicar buceo, pues dispone de numerosas cavidades, como las de Tralacosta, Chaos dos Mazairos, Sobredo, Ceza, Taro da Cruz y Reibarba.

Salvo tres, todas las demás están muy bien conservadas porque son de muy difícil acceso, lo que impide que, como dice el biólogo monfortino Guillermo Díaz Aira, del club de espeleología Troglobios, ocurra lo mismo que en una cueva de Lóuzara, cuando alguien entró con una sierra radial "y arrasó con todo, o como en otra, donde aparecieron pintadas hechas con un espray".

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