Encuentran catorce cabezas de terneros tiradas en el río Búbal, en Carballedo

El Seprona de la Guardia Civil y la Consellería de Medio Ambiente han abierto una investigación sobre un caso que el alcalde no dudó en calificar de "muy grave e inexplicable"

Dos operarios municipales, con las cabezas de ternero en una bolsa. TOÑO PARGA
photo_camera Dos operarios municipales, con las cabezas de ternero en una bolsa. TOÑO PARGA

Un total de 14 cabezas de otros tantos terneros de muy poca edad fueron hallados en la tarde de este lunes tiradas en el río Búbal a la altura del lugar de A Tolda, perteneciente a la parroquia de Aguada del municipio de Carballedo. Tanto el alcalde, Julio Yebra Pimentel, como ganaderos de la zona consultados por este diario calificaron el suceso de "insólito", y de "muy grave".

Todo apunta a que personas desconocidas se deshicieron de los restos de los animales tirándolos desde un puente que salva un afluente del Búbal.

Sobre las nueve de la noche, tras levantar un atestado tanto el Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil como agentes de la Consellería de Medio Ambiente, las cabezas de los animales fueron sacadas del cauce y llevadas a un nave municipal para que este martes se proceda, primero, a su análisis y, posteriormente, a su destrucción controlada.

Fue un trabajador municipal que se encontraba de paseo por el río Búbal el que se encontró con los restos de los animales, dando de inmediato la voz de alarma. Según pudo saber este periódico, indicó que era "unha cousa de tolos" ver las cabezas cercenadas de catorce jóvenes terneros tiradas en el río.

El regidor de Carballedo destacó que se trata de una acción "inexplicable e, sobre todo, moi grave", no dando crédito a los sucedido por todo lo que conlleva. Julio Yebra indicó que, por lo menos, "tivemos a sorte de encontrar os restos pronto" y que los cráneos estuviesen prácticamente sin carne. Sin embargo desprendían un fuerte olor a podredumbre.

Tanto el alcalde como varios ganaderos con indicaron además que en ningún caso se trataría de una acción de algún vecino del municipio. "Tivo que ser alguén de fóra que trouxo os restos e desfíxose deles nun lugar onde ninguén o vira", declaró uno de los consultados.

De hecho, si no llega a ser porque a un trabajador del Ayuntamiento le dio este lunes por pasear por el río Búbal a la altura de A Tolda, por un lugar poco frecuentado, podrían haber pasado días o semanas hasta que alguien se encontrase con los restos de los animales. Con todo, en Carballedo no paraban de señalar que se trataba de un hecho "inexplicable".

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