Encanto dentro y fuera de la bodega

Adega Barbado tiene sus instalaciones en Proendos, en un edificio en piedra, y presume también de un imponente viñedo en Amandi
Tomás Rodríguez, con botellas de Adega Barbado. EP.
photo_camera Tomás Rodríguez, con botellas de Adega Barbado. EP.

En Proendos hay una bodega "pequena, pero das bonitas". De dirigirla se encarga Tomás Rodríguez, quien cuenta que en el 2001 acondicionaron un edificio en piedra para albergar los depósitos y barricas de una nueva aventura que comenzaba en ese momento y que llamaron Adega Barbado.

Para él suponía continuar una tradición familiar que es casi hegemónica en Sober, la elaboración de vino. "Aquí faise dende sempre", resume Tomás. De hecho, además de las instalaciones que ellos mismos diseñaron y habilitaron para poner en marcha la bodega, conservan también la parte antigua, donde producían vino sus antepasados.

Y si Tomás considera que la bodega tiene encanto, los viñedos no se quedan atrás, en absoluto. Disponen de cerca de tres hectáreas y media de terreno repartidas en dos parcelas. De ellas, destaca la situada en la ribera de Amandi. Una viña que llaman A Pena da María y que está enfrente del municipio ourensano de A Teixeira. "É moi grande, con máis de 2,5 hectáreas, ten cinco carrís e está atravesada pola estrada", apunta el responsable de Barbado.

Esta viña, al igual que muchas otras de esta localización, se vio muy castigada en los últimos tiempos por las granizadas. "A pedra fastidiou a colleita, elevando as perdas ata un 62%, segundo os cálculos", explica. Tienen otra finca, mucho más pequeña, junto al hotel Palacio de Sober.

Los vinos

Con lo que recogen en una y otra elaboran unas 30.000 botellas, aunque la cifra varía. El año pasado, por ejemplo, Tomás optó por vender parte de las uvas. La bodega Barbado elabora vinos jóvenes, de etiqueta roja, y envejecidos en barrica, con etiqueta negra en sus botellas.

Del joven, Tomás cuenta que tiene las características típicas de los mencía de la Ribeira Sacra. Es la variedad que predomina en este tinto joven, a un 85%. El resto es "garnacha e albarello". Este vino subirá hasta los 14 grados y es que Tomás constata que se "está disparando o grao das uvas", algo común a otras zonas de la denominación de origen.

Las 30.000 botellas que suelen elaborar cada cosecha se venden en restaurantes de las cuatro provincias

Este tinto joven es la referencia principal, con unas 18.000 botellas, y ha recibido varios premios, como la medalla de oro en el concurso de vinos extremos de la región italiana de Aosta.

Pero Barbado destaca también por sus vinos crianza. El responsable de la bodega indica que tienen a la venta un tinto de la cosecha de 2016 envejecido a lo largo de 66 meses en barrica de roble americano y francés.

Es un mencía con otras variedades en menores proporciones y "totalmente distinto" al joven. Rodríguez no da demasiados detalles de este vino de producción limitada —sobre 600 litros— e invita a la gente a probarlo, pero adelanta que los que ya lo han hecho le transmiten "que está boísimo, aínda que todo depende do criterio de cada un, claro".

También disponen de otro mencía, con 12 meses en barrica, y elaboran 1.500 litros de un blanco con múltiples variedades, como godello, albariño, treixadura o dona branca.

Una cita clave

Mientras habla con El Progreso, Tomás estaba apurando los trabajos de embotellado de su vino. Esta semana ha sido de mucho trabajo, pues en el horizonte estaba una fecha clave para todos los viticultores de Sober, la Feira do Viño de Amandi.

Adega Barbado lleva años y años asistiendo a este certamen vitícola, por el que este fin de semana han pasaso miles de personas. En su caso lo hacen por "estar alí e axudar", aunque Tomás reconoce que también dan salida a muchos litros de vino. Además, y junto a otras cuatro, acude en representación de la parroquia de Proendos, cada vez más visitada por los turistas.

Tomás Rodríguez, por el momento, no se dedica a recibirlos, pues la elaboración del vino ya ocupa buena parte del tiempo disponible de este viticultor, que tras haber trabajado en diferentes sectores, como la electricidad y fontanería, está ahora entregado a su proyecto vitícola