El alcalde de Monforte, el socialista José Tomé Roca, cree que el problema que supondría el cierre en el mes de junio de una de las tres guarderías infantiles que funciona en la ciudad, San Vicente de Paúl, con 35 plazas, está más cerca de solucionarse. Indicó que es conocedor del interés de dos empresas de la ciudad para hacerse cargo del servicio. Incluso una de ellas, destacó, ya ha contactado con los propietarios del inmueble situado en la Rúa Eduardo Pondal, la fundación Abanca, para posicionarse como gestora del centro y conocer el precio de alquiler de las instalaciones.
El regidor se mostró convencido de que la guardería seguirá en funcionamiento, impidiendo así que se pierda el 30 por ciento de las plazas que hay en Monforte para niños de hasta tres años de edad, un total de 117.
Asimismo, José Tomé aseguró que está en permanente contacto con la directora xeral de Familia, Amparo Rodríguez, a la que le comunicó su preocupación por el posible cierre del centro San Vicente de Paúl.
Según dijo, la directora lo tranquilizó diciéndole que el cierre del centro no ocurriría, que se buscarían alternativas, soluciones, como las que ahora de forma espontánea han aparecido por parte de dos emprendedores monfortinos.
Por lo que respecta al estado del edificio, los actuales gerentes del mismo dicen que se encuentra en muy malas condiciones y que sería necesaria una inversión de unos 100.000 euros para adecentarlo,
José Tomé manifestó que varios técnicos que lo visitaron señalaron que las obras de reparación necesarias no superarían el valor de los 50.000 euros.
También dijo que la fundación de Abanca podría llegar a ayudar a sufragar los trabajos de acondicionamiento necesarios, toda vez que el edificio es de su propiedad y que lo lógico es que impida que se degrade.
Diego Rosales, el responsable de la guardería San Vicente de Paúl de Monforte, que antiguamente gestionaba Caixa Galicia, anunció sorpresivamente el pasado día 26 de enero que el centro cerrará sus puertas a finales de este curso y que la decisión ya se le comunicó a los seis trabajadores que hay en las instalaciones, personal que, además, no cobra sus nóminas en tiempo.
El gerente insistió en que no se trata de un problema de demanda, ya que la guardería privada (con diez plazas concertadas con la Xunta) tiene 35 alumnos y una lista de espera de 14, pero aseguró que desde su puesta en marcha en el año 2014 solo dio pérdidas y que la realidad es "insostenible". Rosales añadió que el edificio del centro está obsoleto y es necesario reformarlo.
