D'Fran, la calidad de los tintos de siempre

Esta bodega de Sober es conocida por muchos por su vino Estrela, que lleva 40 años a la venta, y por el mencía que sumergen en las aguas del río Sil
Daniel Díaz, con una botella del mencía Estrela. CARLOS JULIO GONZÁLEZ
photo_camera Daniel Díaz, con una botella del mencía Estrela. CARLOS JULIO GONZÁLEZ

La bodega D’Fran, de Sober, funciona como tal desde hace nueve años, pero los Díaz Franco llevan décadas elaborando vino y acudiendo a la Feira do Viño de Amandi. De hecho, desde hace 40 años producen el tinto Estrela, que es el nombre por el que muchos conocen esta bodega.

Estrela es un mencía redondo y de color rojo picota. "É o noso emblema", asegura Daniel Díaz, uno de los responsables de D’Fran. Al igual que el resto de vinos que comercializan, lo elaboran solo con uvas de sus parcelas, repartidas por Doade y Amandi. En total, tienen 1,5 hectáreas y la mayoría de viñas pertenecen a la familia desde hace muchos años.

De este modo, garantizan la calidad del producto, pues "non empregamos fertilizantes, abonamos con toxo e botamos sulfatos ecolóxicos, parando sempre dous meses antes da vendima".

Estrela recibió el Acio de Ouro 2022 en las catas de vinos de cosecheros. "Foi a terceira vez que o gañamos e o certo é que este tipo de recoñecementos sempre son importantes", reconoce Díaz.

En el río

Estrela es el emblema, pero cuentan con otras dos referencias: Camiño Novo y Essencia Romana. Esta última es especialmente curiosa, pues las 350 botellas que producen de esta marca —salen al mercado numeradas y, debido a su exclusividad, con un precio elevado— pasan nueve meses en una jaula sumergida en las aguas del río Sil.

La idea comenzó durante un experimento que hicieron en un pozo. "Sabiamos que antes metían alí o viño para que arrefriase e probamos por curiosidade", cuenta Daniel. La temperatura constante y la falta de luz del interior del pozo "facía que o viño mellorase".

Es por ello que quisieron dar un paso más y, como prueba, sumergieron seis botellas en el río. La temperatura de las aguas del Sil es superior a la del pozo, por lo que el resultado fue aún mejor. Desde entonces, las botellas de Essencia Romana pasan nueve meses a remojo, dando lugar a un vino "con toques de madeira aínda sen pasar por ela".

Cada cosecha superan las 10.000 botellas. Abonan la viña con tojos y no emplean fertilizantes.

Essencia Romana es "un viño peculiar" que rompe la línea de D’Fran. "Os nosos viños son sempre semellantes, pero este é totalmente diferente, parece un barrica, e resultou moi novidoso para os que están acostumados a probar os nosos caldos".

Este año repetirán el proceso, aunque buscan una alternativa más sencilla, "pois facémolo todo a man, baixando as botellas unha a unha, e resulta complicado".

Essencia Romana, que se hace con uvas seleccionadas de Doade, se vende en tiendas gourmet de O Grove y A Estrada y a través de la página web de la bodega D’Fran. "Son só 350 botellas e o mesmo día que saíron ao mercado xa se vendeu o 90%", señala Daniel.

La bodega trabaja una hectárea y media. Son viñas de su propiedad desde hace décadas y alguna que compraron.

La marca que completa el catálogo de D’Fran es Camiño Novo. Son 2.500 litros de mencía que se venden, sobre todo, en Japón, mientras que otra parte viaja a Estados Unidos. Lo comercializan desde 2014, con uvas de una viña que llevaba abandonada más de 50 años y a la que pudieron acceder gracias a una nueva pista que se hizo, de ahí su nombre.

En la etiqueta aparece un simpático jabalí, pues estos animales son bastante aficionados a pasear por esta parcela y a pararse en alguna de las cepas.

Proyecto familiar

D’Fran produce algo más de 10.000 botellas —la mayoría, sobre 8.000, de Estrela—. No tienen intención de crecer en cantidad, "senón de facer un viño cada vez mellor coas nosas propias uvas", explica Daniel, que se encarga de las áreas de marketing y ventas y que comparte la pasión vitícola con su hermano, Miguel Ángel, y con su padre, Carlos Díaz, "de quen aprendemos todo o que sabemos".

Carlos es un pilar fundamental. "É enxeñeiro agrónomo e leva toda a vida nisto. É incrible o moito que controla e a súa intuición. Sempre sabe o que hai que facer para que o viño sexa o mellor posible". Así, en familia y de forma artesanal, esta bodega de Sober logra unos caldos reconocidos.

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