Numerosos vecinos de A Pobra do Brollón se acercaron hasta el monte Moncai para saber qué hubo en la antigüedad en la zona conocida como A Muradella. Fue una actividad organizada por los equipos de arqueología que desde hace años trabajan en el municipio y que en cada campaña encuentran restos que ayudan a completar la historia de lo que se conoce como Ribeira Sacra.
Los arqueólogos se fijaron en la A Muradella porque tenía una forma atípica, nada que ver con los yacimientos al uso que hay en esta zona. Un equipo liderado por el arqueólogo Rodrigo Paulos, de la Universidad Complutense de Madrid, acaba de verificar que se ha encontrado un espacio único, tal vez el primer 'cairn' de la península Ibérica.
Las analíticas que se han encontrado serán determinantes para conocer los orígenes del monumento
Se trata de un tipo de monumento funerario común en la Europa Atlántica y en las Islas Británicas, especialmente asociado a las primeras fases del megalitismo, que hasta ahora estaba ausente del registro arqueológico gallego y del resto de la Península.
El arqueólogo Rodrigo Paulos señaló que comenzó a tener claro que se podía tratar de un monumento prehistórico cuando introdujo los datos obtenidos en A Muradella en el sistema de información geográfica. Destacó que fue el momento el que se enteró de que todas las necrópolis prehistóricas de la comarca estaban conectadas visualmente con A Muradella, pero siempre con una posición inferior y respetando la jerarquía de altura de este sitio, como si los que habitantes hubiesen asumido una jerarquía de túmulos funerarios.
Los arqueólogos están convencidos de que es de una tipología megalítica hasta ahora no excavada en Galicia
El 'cairn' de Brollón fue violentado en algún momento. Los arqueólogos dicen que esto en sí no es extraño en los monumentos megalíticos de Galicia, hasta el punto de que muchos de ellos se identifican de manera fácil gracias a que tienen un gran cono de violación en el interior, resultado de los intentos de acceder a la cámara funeraria. Muchos de ellos sufrieron la fiebre de las excavaciones furtivas iniciada en el siglo XVII, pero también fueron expoliados para el aprovechamiento del material pétreo existente en el lugar, donde los vecinos recogían las piedras acumuladas para aprovecharlas en sus propiedades.
Las analíticas que se han encontrado serán determinantes para conocer los orígenes del monumento. Los arqueólogos sí están convencidos de que es de una tipología megalítica hasta ahora no excavada en Galicia, pero común al resto del área cultural atlántica dentro de la cual se inscribe la arquitectura funeraria gallega.
Además, el urbanismo del castro es semejante al de Arxeriz (O Saviñao), como las piezas encontradas.
