Una década trabajando por Doade

El colectivo Amigos da Cantina de Doade lleva diez años luchando para dar visibilidad a este pequeño pueblo de Sober ►El mirador Pena do Castelo y la recuperación del pasado romano de la aldea son algunos de sus proyectos más exitosos

El mirador Pena do Castelo y la capilla de San Mauro, uno de los primeros proyectos de Amigos da Cantina. TOÑO PERGA (AEP)
photo_camera El mirador Pena do Castelo y la capilla de San Mauro, uno de los primeros proyectos de Amigos da Cantina. TOÑO PERGA (AEP)

SOBER. Hace una década un grupo de empresarios de Doade (Sober) unía esfuerzos para poner en marcha una asociación que defendiese las peculiaridades de esta pequeña aldea que se levanta en una de las laderas del río Sil y por la que cada año pasan miles de turistas. Doade es una de las puertas de entrada a la ribera de Amandi. En su terreno se asientan bodegas emblemáticas y la localidad es paso obligatorio para todos aquellos que quieren tomar el catamarán que navega por el río. Con estas características, el reto era proteger las señas de identidad del pueblo, pero también realzarlo de cara a la llegada de visitantes.

El colectivo tomó el nombre de Amigos da Cantina de Doade y su huella se ve en distintos proyectos. Antonio Rodríguez hace las veces de presidente y portavoz de la asociación y explica que el primer logro fue la puesta en marcha del mirador Pena do Castelo.

Rodríguez recuerda que fue el colectivo y los vecinos los que en aquel momento adecuaron el sendero que lleva a la minúscula capilla de San Mauro. También limpiaron y rehabilitaron el templo. Ahora son las administraciones las que gestionan su mantenimiento y desde Pena do Castelo se toman algunas de las mejores instantáneas de la ribera del Sil.

También lleva el sello de la asociación la figura del carretero que corona uno de los codos del descenso hasta el río y que rinde homenaje a uno de los oficios más duro de la vendimia: el de sacar al hombro las cajas del viñedo. Ese punto, como ocurrió con el mirador, hace las delicias de los fotógrafos.

Otra de las líneas de trabajo de la asociación se centra en reivindicar la vinculación de la producción del vino con la época romana. En ese sentido, Doade acogió dos fiestas romanas, se trabajó en la recuperación de un tramo de la Vía Appia (una de las calzadas más importantes de la antigua Roma) y se instalaron en la aldea una serie de esculturas relacionadas con el movimiento Land Art. Esta doctrina persigue sacar de los museos las obras de arte y llevarlas a pie de calle.

En consonancia con esa corriente se colocaron en Doade varias esculturas de gran tamaño que hacen referencia a la viticultura heroica, obras de Luis Rial. Una de ellas representa un racimo de uvas de gran tamaño.

Las esculturas comparten espacio con una "magna rola", una réplica de las grúas de madera que usaban los romanos en la construcción y que era movida por varios hombres que se metían en su interior.

De cara al futuro, la asociación se plantea luchar contra el feísmo y ser vigilante con las obligaciones de las administraciones en los espacios públicos.

Rodríguez añade que su intención es convencer a los vecinos para que tengan las casas y otras propiedades en perfecto estado de revista y asegurarse de que el Ayuntamiento, la Diputación y la Xunta cumplen con su cometido en materia de infraestructuras.

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