La década en la que Chantada rejuveneció

Hotusa llegó hace diez años y ha pasado de seis empleados a 210, que animan el mercado inmobiliario, el comercio y la hostelería local

Trabajadores de Hotusa, en uno de los departamentos que el grupo tiene en Chantada. MIGUEL PIÑEIRO
photo_camera Trabajadores de Hotusa, en uno de los departamentos que el grupo tiene en Chantada. MIGUEL PIÑEIRO

La siguiente escena es muy habitual de lunes a viernes en Chantada. Un grupo grande de jóvenes entra en un bar y solo unos pocos, a veces ninguno, son conocidos por los clientes habituales. La reacción del resto de clientes es inmediata. "Deben ser de Hotusa", suelen comentar. A veces incluso les llaman por el particular sobrenombre que han puesto en el municipio a los trabajadores de la empresa, los hotusos.

Diez años más tarde de instalarse el grupo hotelero en Chantada, la presencia de sus empleados en los comercios, supermercados, cafeterías y restaurantes del municipio ya no es tan extraña. De seis trabajadores en 2012 se ha pasado a los 210 actuales, razón por la que algunos incluso llaman a Hotusa el embalse del siglo XXI, en referencia a los puestos de trabajos generados y comparando su efecto con el que en su día tuvo la construcción de la inmensa presa de Belesar, inaugurada en 1963.

"É como se levaramos un cartel posto. Sen coñecerte saben que traballas en Hotusa, pero teño que dicir que a xente en Chantada é moi acolledora", afirma Pilar García Novo, natural de Castro de Rei y que desde hace cinco años y medio es la responsable de selección y desarrollo de Hotusa.

El de Pilar es uno de los 14 departamentos que Grupo Hotusa —compañía presidida, precisamente, por un chantadés, Amancio López Seijas— ha trasladado de Barcelona a Chantada. El resto son el laboral, fiscal, jurídico, de tesorería, administración Restel, reservas, contratación, comercial, marketing digital, desarrollo IT, sistemas, contabilidad y channel manager.

Pilar García: "Traballamos nunha empresa multinacional, pero a esencia é a dunha vila"

Pilar García, de 32 años, trabajaba en otra empresa en Palma de Mallorca cuando recibió la oferta de Hotusa. Después de un tiempo en Barcelona, en octubre de 2018 le tocó hacer las maletas para trasladarse a vivir a Chantada. "Quería volver a Galicia e agora non me plantexo cambiar", asegura.

Compañerismo y buen ambiente

Pilar García destaca el compañerismo y la atmósfera que hay en Chantada. "Traballamos nunha empresa multinacional, pero a esencia é a dunha vila. Colaboramos, axudámonos e dámonos apoio", relata.

De la misma opinión es Laura Arias Díaz, natural de la vecina Carballedo, de Castro, como siempre le gusta matizar. Hace ocho años que entró en la plantilla de Hotusa. Casi es el tiempo que la empresa lleva en Chantada.

Hasta ese momento, su única experiencia laboral había sido como becaria en una firma de Rodeiro. La responsable de administración de Eurostars Hotel Company casi salió de la universidad y recibió "a oportunidade de traballar nunha multinacional, pero sen saír de Chantada, o que nunca tería imaxinado".

Laura Arias, también de 32 años, destaca que la media de edad entre los trabajadores de su departamento es de 27, situación que, a su juicio, es la que genera un clima laboral tan particular. "A gran diferenza con outras empresas é o compañeirismo e o ambiente. É moi habitual quedar para comer ou tomar unhas cañas despois do traballo, mesmo con xente que se atopa noutros departamentos", indica.

Ambas coinciden al apuntar que Hotusa ha sido "vida para Chantada". Incluso hay quien ha encontrado pareja en la villa del río Asma o hecho buenos amigos entre los vecinos. Y eso que el grueso de los movimientos de los trabajadores fuera de Hotusa es entre semana. Muchos no son de Chantada y lo habitual es que los sábados y domingos regresen a sus lugares de origen.

Laura Arias: "Agora apóstase por traballadores da zona; moitos veñen sen experiencia, pero dáselles unha oportunidade"

"Ao principio, aquí había sobre todo xente de fóra, principalmente do que nós chamamos a cruz Lugo-Ourense-Lalín-Monforte. Agora apóstase tamén por traballadores naturais desta zona e o máis importante é que moitos veñen sen experiencia, pero dáselles unha oportunidade", dice Laura Arias.

Semejante volumen de gente se nota en numerosos sectores. Si en Hotusa quedan para tomar algo después del trabajo, comer o desayunar y encargan cafés para llevar, habrá negocios que se beneficien de ello. Es el caso de la céntrica cafetería Capitol, que ahora regenta Ariel Lamela García.

"Desde el punto de vista económico y social, Hotusa tiene un efecto muy grande. De lunes a viernes, a nosotros nos ayuda muchísimo. Estaríamos más parados sin ellos. Sobre todo por las mañanas, nuestros porcentajes de ventas son positivos gracias a que vienen a tomar café o nos los piden para llevar", apunta el hostelero.

Alta demanda de alquileres

La hostelería y la restauración se benefician de Hotusa. Sin embargo, puede que uno de sus efectos más evidentes se encuentre en el mercado inmobiliario. Pilar García asegura que cada vez es "máis difícil atopar onde vivir e os prezos encarecéronse".

Esta tendencia la confirman en la inmobiliaria Arias Lence. "Hai unha demanda moi elevada e a oferta agora mesmo é insuficiente, faría falta construír pisos", comenta uno de sus responsables, Daniel Arias.

Este contexto es radicalmente opuesto al que había antes de que se instalase Hotusa, cuando, según Daniel, costaba mucho trabajo alquilar las viviendas vacías. "En 2012 fixemos só dez contratos de aluguer e agora movémonos nunha media de 50 cada ano", afirma.

Daniel Arias: "A oferta agora mesmo é insuficiente, faría falta construír pisos"

Daniel Arias Lence está convencido de que esta subida tiene mucha relación con Hotusa, si bien es difícil precisar cuántos inquilinos trabajan en el grupo hotelero. "O máis importante é que agora os propietarios anímanse a alugar vivenda. Antes había moita desconfianza, mesmo medo a que os inquilinos puideran destrozar ou ocupar os pisos, por iso os contratos eran moi residuais", dice.

Así lo muestran los propios datos facilitados por Arias Lence. De diez pisos alquilados en 2012 pasaron a 20 en 2013, a 33 en 2014 y a 47 en 2015. Fue esta la gran subida. Desde hace siete años, el número de contratos de alquiler más bajo fue de 44, en 2017, mientras que el más alto, 51, se registró en 2021. El año pasado hicieron un total de 45.

La visión de Daniel y la de Pilar coinciden al apuntar la dificultad de encontrar dónde vivir en Chantada si no se es del municipio y toca instalarse en él por trabajo. "Cónstanos que moitos que son de Ourense ou Lugo veñen e van en coche porque non atopan piso", concluye Daniel, otro de los muchos testimonios que prueban la existencia del llamado efecto Hotusa, que ya dura diez años.

"Un tren así pasa unha vez na vida"

El alcalde de Chantada, Manuel Lorenzo Varela, subraya que la actividad de Hotusa en el municipio supone un factor de dinamización e progreso moi importante para todos". Cree el regidor que trenes como este "pasan unha vez na vida e hai que collelos, porque do contrario quedas sen el".

Varela: "Outros alcaldes coméntanme a sorte que tivemos de que un chantadés decidise instalar aquí unha empresa tan potente"

Varela sueña con que el efecto del grupo hostelero suponga incluso "recuperar poboación" y destaca que homólogos suyos de otros municipios "adoitan comentarme a sorte que tivemos de que un chantadés decidise instalar aquí unha empresa tan potente".

Grupo Hotusa se creó hace 45 años, desarrolla su actividad en más de 130 países y posee una plantilla de 5.000 trabajadores. En 2019, su facturación superó los 1.200 millones de euros. En Chantada ha apostado también por la formación, a través de ciclos de FP duales.

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