El Concello de Monforte podría volver a exponer el plan especial

Baraja esta opción si las alegaciones admitidas suponen cambios sustanciales en la protección del casco histórico

El equipo redactor del plan especial de protección del casco histórico de Monforte se halla actualmente estudiando las alegaciones presentadas al documento. Si las que se acepten conllevan cambios sustanciales, el proyecto se expondrá de nuevo públicamente, como ya estuvo durante cinco meses, para informar a los vecinos y darles la oportunidad de alegar.

Las alegaciones presentadas superaron las 40. La inmensa mayoría de ellas, según dijo el alcalde, José Tomé, se refieren a aspectos muy concretos del casco histórico y englobarían cambios en las propiedades particulares. La más genérica fue la desarrollada por la asociación de constructores y técnicos, que pide la revisión del proyecto para adaptarlo a la realidad social y económica de Monforte y evitar que cualquier cuestión esté sujeta a la libre interpretación, así como un documento cuya flexibilidad anime a rehabilitar viviendas.

Esta última reivindicación tiene que ver con las quejas que también hacen los propietarios de viviendas en el conjunto histórico de Monforte, que en varias ocasiones han asegurado no rehabilitar sus viviendas debido a las pocas ayudas de las que disponen para ello. Las dificultades a la hora de realizar los trámites son también motivos habituales de crítica.

PREVISIONES. "Esta situación vaise alongar no tempo. Todo dependerá das alegacións que se acepten e das que non", señaló el regidor socialista de Monforte. No hay una fecha concreta para llevarla a cabo, pero se producirá una reunión en la casa consistorial en la que se analizarán las alegaciones y se determinará cuáles se aceptan y cuáles se rechazan.

El objetivo del plan especial es revitalizar el casco histórico de Monforte y mejorar su habitabilidad y condiciones. El proyecto abarca un total de 1.118 edificios, un 92 por ciento de ellos de uso residencial. En ellos se albergan 1.704 viviendas, de las cuales un 42 por ciento están vacías. Este último porcentaje es casi el doble que presenta el resto de la ciudad del Cabe, que se sitúa en el 22 por ciento.

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