Comunión entre vino y pizarra

El campus de Lugo lidera un estudio, en el que colaboran el CSIC y las universidades de Badajoz, Albacete y Valladolid, sobre los beneficios que aporta este material a los viñedos
Un operario, el pasado año, esparciendo escombro de pizarra en una viña objeto del estudio.
photo_camera Un operario, el pasado año, esparciendo escombro de pizarra en una viña objeto del estudio.

El pionero proyecto que se desarrolla en Quiroga para estudiar el beneficio del uso de escombros de pizarra en los viñedos, concretamente rodeando los pies de las cepas, cumple un año de vida. La investigación se centra en saber si ello sirve para controlar la vegetación y para reducir la cantidad de agua que precisan.

Por el momento no se han obtenido resultados debido, según indica el viticultor que ha cedido cuatro viñedos para la investigación, José Manuel García Mondelo, a que el pasado verano fue bastante lluvioso, lo que imposibilitó analizar los beneficios de la pizarra en el ahorro hídrico durante una prolongada temporada de sequía.

El estudio se lleva a cabo en cuatro parcelas situadas en la parroquia de Hospital. Dos de ellas tienen un manto de escombro de pizarra y una cuenta con un sistema de riego y la otra no. Las dos parcelas restantes, una con riego y otra sin él, no disponen de esa capa de pizarra. Con ello se quiere obtener datos comparativos.

Asimismo, el proyecto busca saber si se daría un ahorro de mano de obra en desbroces, en la aplicación de herbicidas, así como en la consecución de vides más nutridas y resistentes a las enfermedades relacionadas con la humedad ambiental, como el mildiu o el oidio, endémicas en la zona.

Varios actores. Este plan ha sido bautizado con el nombre hidrofertilización en viñedo por el departamento de Ingeniería Agroforestal de la Universidad Politécnica de Lugo. Con de tres años de duración, este forma parte de un plan conjunto que llevan equipos de investigación de las universidades de Badajoz, Albacete y Valladolid.

Cuentan además con el apoyo del Instituto de Ciencias del Vino de Logroño, dependiente del CSIC, que se encarga de la determinación aromática de todas las uvas incluidas en el proyecto conjunto.

El Campus de Lugo es el encargado de analizar la acción del escombro de pizarra sobre los viñedos con sondas para medir la humedad en el suelo y una estación meteorológica que registra otros parámetros meteorológicos. También presta atención a la humedad de las hojas de las cepas para lograr más información.

Exclusividad: los vinos de suelos pizarrosos
El estudio que se desarrolla en Quiroga tiene como objetivo saber cómo puede ayudar la pizarra al estrés hídrico de los viñedos y no tanto a que los vinos adquieran matices organolépticos especiales.

Esto último está bien documentado en investigaciones realizadas en diferentes partes de España donde las vides crecen en suelos pizarrosos, como es el caso de la denominaciones de origen Priorat (Cataluña) y Valdeorras (Ourense), además de en El Bierzo (León).

Un aroma difícil Dicen los expertos catadores que no es fácil apreciar el olor mineral que aporta la pizarra por no tenerlo registrado organolépticamente. Señalan que es un aroma similar al de una piedra lavada con agua fresca del río.

Añaden en una página especializada del mundo del vino que se puede hacer la siguiente prueba, servirse una copa de vino de 14 grados y a continuación introducir un pedazo de pizarra dentro. Agitar la copa con cuidado y luego oler el resultado.

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