Comida al son del piano en Vigo

Carlos J. González, propietario del restaurante Merenzao, prevé abrir el 10 de diciembre un gastrobar con música en directo y sabores de la comarca en pleno centro de la ciudad olívica
Carlos Javier González. AEP
photo_camera Carlos Javier González. AEP

Carlos J. González tiene en marcha un nuevo proyecto hostelero. Si la pandemia se lo permite, el propietario del restaurante Merenzao (Sober) abrirá un gastrobar con música en directo en pleno centro de Vigo, en la Rúa de Venezuela. Se llamará Monfortino y estará muy cerca del Corte Inglés o el Ayuntamiento.

No será un local cualquiera, como anticipa. Una de las peculiaridades más significativas la aportará un gran piano de cola — "la guinda del pastel", le llama— de dos metros que permitirá llevar a cabo actuaciones de jazz en el interior del establecimiento.

"Fue una idea peregrina que tuvimos al pensar cómo podíamos darle al local un toque diferente y que desarrollaremos de la mano de Rosana Ojea, que es pianista y productora, muy conocida en Vigo", comenta Carlos J. González, que se ha decantado por su "ciudad adoptiva" para poner en marcha el negocio. "Hace tiempo que quería hacer algo en Vigo, que es una ciudad a la que quiero", afirma el chef.

Carlos J. González pensó en este punto geográfico por la gran relación que tiene con su comarca de origen. "Vigo es una ciudad de emigrantes y todo vigués tiene familia por la Ribeira Sacra, así que se conoce el buen producto que tenemos por aquí", explica.

"Quiero transmitir la imagen de bar como centro social al que puedas ir a cualquier hora"

En Monfortino seguirá con su sello, el que ha utilizado en Merenzao estos años. Se servirán productos gallegos o propios de la Ribeira Sacra. Pone como ejemplo los "huevos de Casa da Fonte o los productos de Moncarnes". Por supuesto no faltarán los vinos de la denominación en un gastrobar que, apunta, no busca ser "elitista ", pero sí apostar por la alta calidad.

ESTILO. Carlos J. González relata que se inspiró en los cafés franceses para elegir el método de trabajo en el futuro Monfortino. Esto quiere decir que se cuidará mucho la oferta para que sea de una elevada calidad durante todo el día.

"Quiero transmitir la imagen de bar como centro social al que puedas ir a cualquier hora", indica el hostelero. La jornada, anuncia, comenzará con el desayuno, seguirá con el almuerzo, tendrá continuidad por la tarde con los vinos y finalizará con las cenas.

"Quería algo diferente, ir más allá del restaurante y experimentar en horas que me gustan mucho. Apostar por un sitio con más movimiento", resume Carlos J. González, quien, eso sí, pone todo en ese pequeño pero tiránico condicionante impuesto por la pandemia. "La idea, si se puede, es abrir el 10 de diciembre para empezar a funcionar en Navidad", señala.

El confort es otra de sus grandes metas, de ahí la apuesta por partes del día diferentes a las de un restaurante. Abrirá de jueves a domingo y, debido a las restricciones, el aforo será de 40 personas.

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