La Ribeira Sacra perdió 673 viticultores en 10 años, pero las viñas se conservan

Las hectáreas se mantienen en torno a las 1.200 en un territorio en el que, según el presidente de la denominación de origen Ribeira Sacra, "hai unha reconversión de xeito natural dos viñedos"
Un día de vendimia en una de las subzonas de la denominación Ribeira Sacra. AEP
photo_camera Un día de vendimia en una de las subzonas de la denominación Ribeira Sacra. AEP

El territorio amparado por la denominación de origen Ribeira Sacra ha perdido en diez años 673 viticultores. Si en 2012 estaban registrados en el consejo regulador 2.964, en el pasado año esta cifra se rebajó hasta los 2.291. Se trata de unos números que, sin embargo, contrastan con la extensión de viñedos, que curiosamente ha ido creciendo poco a poco. Hace una décadas eran 1.263 hectáreas y a día de hoy hay 1.276, a la espera de incluirse otras nuevas plantaciones situadas en los municipios de Pantón, Quiroga o Ribas de Sil.

Todas las subzonas que conforman la denominación restaron profesionales. En Amandi se pasó de 542 en 2012 a 328 actualmente. En Chantada la resta fue de 735 a 531. Por lo que se refiere a Quiroga-Bibei, hace diez años había 511 viticultores y ahora 390. En Ribeiras de Miño se contuvo un poco la pérdida, pues se pasó de 851 a 816. Finalmente, en Ribas do Sil, había 321 profesionales para estar registrados a día de hoy 226.

El presidente del consejo regulador, el soberés José Manuel Rodríguez, restó importancia a la pérdida de viticultores. Al respecto, señaló que no influye en la denominación, pues las cantidades de uva recogidas por temporada se mantienen o aumentan, al igual que las bodegas, que fluctúan ligeramente pero que en 2021 eran un total de 98.

Rodríguez manifestó, en cuanto a la pérdida de viticultores, que se trata de "unha reconversión do territorio que se fai de forma natural. Uns viticultores deixan as súas terras polos motivos que sexan e estas son collidas de forma inmedita por outros".

El presidente de Ribeira Sacra insistió en el hecho del mantenimiento de hectáreas, de viñedos que siguen siendo atendidos por expertos que mantienen la calidad del fruto.

Tal es así que en la pasada cosecha se recogieron 6,5 millones de kilogramos de uva, 1,3 más que en el año 2020, aunque la cifra récord desde que hay registros -desde 1996- se dio en 2019, cuando entre las cinco subzonas llevaron a las bodegas adscritas 7.265.756 kilogramos.

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