El confinamiento ha supuesto cambios —puede que menos drásticos— incluso en la vida de una monja de clausura. Las Clarisas de Monforte son un buen ejemplo. Estas nueve religiosas son muy conocidas, sobre todo, por su trabajo de repostería y también elaboran licor café. En tiempos de pandemia han aparcado la confección de estos productos para centrarse en coser las tan demandadas mascarillas.
"Ya hicimos cien y ahora preparamos otra remesa de esta cantidad. Así colaboramos con el hospital comarcal y la sociedad", comenta Sor María del Carmen, una de las hermanas que participan en esta iniciativa solidaria. Las mascarillas salen del convento (donde hay monjas que llevan 70 años) en dirección al hospital comarcal con el objetivo de ayudar al personal sanitario y a los pacientes a combatir el Covid-19.
Algunos lotes se han enviado igualmente a la parroquia de A Estación para distribuirlas entre cualquier persona que las necesite. José Luis Vázquez Coego, sacerdote encargado de esta feligresía, apunta que el trabajo de las Clarisas beneficiará igualmente a aquellos colectivos expuestos que tengan que protegerse del virus.
El párroco explica que las monjas reciben de una vecina de Monforte el material necesario para hacer las mascarillas. Una vez cosidas, Vázquez Coego y la mujer en cuestión las recogen.
"A idea é comezar a facer máscaras propias para poñelas a disposición de quen as necesite na parroquia», afirma Vázquez Coego, quien agradece el trabajo de unas monjas que no viven ajenas a lo que ocurre. «Estamos preocupadas y sufrimos por todos los que padecen la enfermedad", asegura Sor María del Carmen.
La hermana dice que también a ellas les inquieta contagiarse. "Si el virus entra aquí tenemos mucho riesgo", subraya antes de lanzar un mensaje de ánimo: "Estamos esperanzadas y tenemos mucha confianza en Dios".
