Los castaños del Val das Mouras, en peligro por el abandono de la zona

Uno de los lugares más emblemáticos de O Courel, O Val das Mouras, pasa por sus horas más bajas y algunos de sus castaños más singulares ya se cayeron o corren serio peligro. Además, la maleza supone una amenaza para el entorno.

El ejemplar más conocido de O Val das Mouras era un castaño, que yace en el suelo desde hace un tiempo, en cuyo tronco podía adivinarse una cara humana y que ya había sido bautizado como O berro de Munch, por su parecido con el rostro del cuadro del pintor noruego.

Colectivos como SOS Courel y vecinos a título particular coinciden en que sería necesario hacer algo para recuperar el entorno, pero la solución es complicada ya que se trata de una zona de acceso difícil y de propiedad privada por lo que cualquier intervención tendría que contar con el permiso de los diferentes dueños de un espacio que abarca unas cuatro hectáreas de superficie.

O Val das Mouras está ubicado entre las localidades de Mercurín y A Ferrería Vella y se trata de un terreno en el que el agua dio lugar a numerosas cuevas. Estas cavidades se hundieron y dieron lugar a una zona de paredes y desniveles en la que creció un bosque especialmente rico en el que conviven especies tan dispares como castaños, orquídeas o musgos.

Durante mucho tiempo los propietarios se encargaban de limpiar el valle para recoger las castañas, pero el envejecimiento de la población y el difícil acceso al bosque provocaron que la actividad se trasladase a otras zonas más abiertas y fáciles de trabajar. Eso hizo que el Val das Mouras se fuese cerrando y en la actualidad es accesible solo a pequeños grupos de senderistas.

La primera necesidad del Val das Mouras es la de limpieza y luego habría que estudiar qué hacer con los castaños más deteriorados y cuáles son sus alternativas.

Orlando Álvarez, de SOS Courel, es partidario de intentar levantar alguna forma del castaño de O berro de Munch. Considera que con una pequeña pluma y con la ayuda de varios vecinos podría llevarse a cabo.

También apunta que el propietario del árbol no se opondría. Sin embargo, el tronco está cada vez más seco y astillado, por lo que no está claro si resistiría la intervención.