Una casa de Sober guardaba un tesoro de nueve millones

Un vecino que reside durante el año en Valencia encontró seis botes repletos de billetes en la casa que restaura en el núcleo de A Pousada
Toño Piñeiro, con algunos de los billetes encontrados en la casa que restaura en Sober. LUIS BLANCO
photo_camera Toño Piñeiro, con algunos de los billetes encontrados en la casa que restaura en Sober. LUIS BLANCO

La vivienda que compró Toño Piñeiro, un soberés residente en Valencia, en el lugar de A Pousada es una caja de agradables sorpresas. Desde que comenzó a restaurarla ya ha hallado hasta nueve millones de pesetas (unos 54.000 euros) en seis tarros repartidos por el edificio y sus dependencias.

Los dos primeros hallazgos fueron motivo de gran celebración para él y su familia, porque aún era posible cambiar las pesetas por euros. La vivienda llevaba casi cuatro décadas abandonada cuando la adquirió, así que "atopar iso veunos moi ben, xa que foi unha axuda importante para restaurar o teito da casa", reconoce Toño, que trabaja desde hace años en la construcción en Valencia.

Sin embargo, desde julio del pasado 2021 el Banco de España ya no atiende solicitudes de este tipo, así que Toño tiene que resignarse y quedarse con los últimos billetes encontrados como recuerdo. "Mira que os chamei, que son moitos cartos, pero dixéronme que xa non se pode", lamenta.

Toño Piñeiro, con algunos de los billetes. LUIS BLANCO
Toño Piñeiro, con algunos de los billetes. LUIS BLANCO

Y aunque "non me vou botar a chorar", Toño reconoce que la situación le produce "moita rabia". Sobre todo, "porque esta vez eran máis cartos que nunca, uns catro millóns de pesetas". Traducido a euros, suponen algo más de 24.000 que, sumados a lo recogido en las dos ocasiones anteriores, sitúan la cifra total alrededor de los nueve millones de pesetas, unos 54.000 euros.

Los últimos billetes encontrados son de 5.000 pesetas y del año 1979. "Non sei se terán moita saída de cara aos coleccionistas, porque non son demasiado antigos", a diferencia de algunos de los que cambió antes, que habían sido emitidos en los cincuenta.

El dinero estaba en botes

Siempre que encontró dinero en la casa, Toño explica que los billetes estaban en antiguos botes de Nesquik que aparecían de dos en dos. "Supoño que os gardaban nestes recipientes para evitar a humidade. É certo que os últimos estaban algo estropeados, pero os outros non, estaban planchados, era incrible", indica Toño, para quien haber encontrado esta cantidad de dinero de forma inesperada supone "unha alegría que non hai diñeiro que a pague".

En las tres ocasiones se topó con los tarros llenos de dinero por pura casualidad. Este verano, por ejemplo, fue mientras echaba en la bodega escombros resultantes de las obras de reforma de la casa. «Había unha artesa na que antes botaban o millo e ía quitala de alí para que non se estropease. Alí estaban os dous botes, foi unha gran sorpresa», explica.

La casa está en el núcleo de A Pousada

Sin embargo, al no poder cambiarlo por euros se conforma con ver que sigue tomando forma la casa, en la que ya vive cuando regresa de Valencia en periodos vacacionales. En A Pousada, donde no vive nadie más, encuentra mucha tranquilidad y pretende darle los últimos retoques a la vivienda con la idea "de vir para aquí e desfrutar dela cando me xubile, porque a terra chama moito".

La casa, que cuenta con otras dependencias, como una bodega y un horno, pertenecía a Manuel do Xentes, un hombre que trabajaba en la fábrica de cerámica y ladrillos de Canabal y que también era tratante de ganado. "Iba vendiendo vacas por las ferias de la comarca, desde Chantada a Quiroga, y siempre iba andando", apuntan vecinos de la zona, que señalan que estaba casado y murió sin herederos directos.

Como curiosidad, las mismas fuentes apuntan que el hombre tenía una máquina para dar sulfato "que cuando se la abrieron para arreglar vieron que estaba llena de billetes, pero se los devolvieron".

Toño, que descubrió el inmueble que luego acabaría comprando por casualidad, mientras buscaba en Facebook, sabe que lo hallado es "unha cantidade moi importante, iso antes eran moitos cartos para telos aforrados", dice.

Quería una casa para restaurar y tenía que estar en el municipio de Sober, pues él es originario de la parroquia de Millán. La de A Pousada encajaba a la perfección y la sorpresa que luego encontró en forma de billetes le hace sentirse aún más satisfecho de la decisión que tomó hace siete años cuando se decidió a comprarla.

PUEDE HABER MÁS. Y aunque durante las obras de rehabilitación ya han encontrado nueve millones de pesetas, una cantidad más que considerable, Toño Piñeiro no descarta que la casa pueda esconder algún secreto más.

"Xa non sei que dicirche, teño dúbidas, pero cada vez que veño acabo atopando cartos. Igual no Nadal, cando regresemos de Valencia a seguir coa obra, aparecen máis", señala entre risas.

Eso sí, si la casa guarda más dinero, éste ya no tiene ningún valor, porque será en pesetas y no se podrán cambiar. La casa ya llevaba años deshabitada cuando entró en circulación del euro, en enero de 2002.

Quizás sea por eso que a Toño, que sabe que "os que atopan cartos non o adoitan dicir", no le importa contar su historia.

Dinero encontrado en un bote de Nesquik junto al horno en la casa de Sober. LUIS BLANCO
Dinero encontrado en un bote de Nesquik junto al horno en la casa de Sober. LUIS BLANCO

Pesetas por valor de 1.575 millones de euros

Los españoles dejaron sin cambiar billetes y monedas de peseta por valor de 1.575 millones de euros una vez concluido el plazo para efectuar el cambio, según el Banco de España. De las pesetas en circulación a finales de 2001, que eran 48.750 millones de euros, se canjeó el 96,8 %. Por lo tanto, quedó sin cambiar un 3,2 % de esa suma, equivalente a 1.575 millones de euros.

Según el Banco de España, el mayor volumen de pesetas se canjeó en los primeros seis meses de vida del euro, hasta el 30 de junio de 2002.

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