La empresa láctea de Taboada Casa Macán reclama a Central Lechera Asturiana siete millones de euros. Es la suma de la inversión que realizó en sus instalaciones para cumplir con un acuerdo empresarial que no llegó a materializarse y la estimación de las ganancias que dejó de ingresar durante los diez años, más tres prorrogables, de vigencia del contrato firmado entre finales de 2015 y principios de 2016 entre ambas partes.
El resultado de este contencioso se sabrá en el próximo mes de marzo, fecha fijada por el juzgado de lo Mercantil de Lugo para sentenciar cuál de las dos partes tiene razón, pues mientras Casa Macán dice que Lechera Asturiana rompió la relación de forma unilateral, esta habla de un acuerdo mutuo.
A la espera de la sentencia, lo que parece estar claro es que en 2015, el importante grupo lácteo español llamó a la puerta de la factoría taboadesa para desarrollar un proyecto muy ambicioso, consistente en la elaboración de nuevos productos y el traslado de otros que se realizaban en Pontevedra a la planta de Taboada.
La práctica totalidad de los acreedores, un total de 125, le dieron el visto bueno a la continuidad de la factoría ubicada en Taboada
Casa Macán firmó un acuerdo empresarial, lo que le supuso realizar importantes inversiones para ampliar su industria y dotarla de nueva maquinaria para cumplir con las exigencias contractuales con Lechera Asturiana.
Sin embargo, a finales de 2016, este importante grupo lácteo a nivel español cambió de opinión. Ya no quería saber nada de Casa Macán, por lo que toda la inversión realizada por esta empresa y sus perspectivas de crecimiento se vinieron al traste.
Fue tal la incidencia de esta decisión de Lechera Asturiana que la empresa taboadesa entró en marzo del pasado año en preconcurso de acreedores que se materializó en firme en junio del mismo año. En la actualidad, quince meses después de un situación que apuntaba a la liquidación de Casa Macán. esta ha sido capaz de llegar a un acuerdo con la práctica totalidad de sus acreedores, un total de 125, para liquidar sus deudas y seguir funcionando.
El propietario de la firma taboadesa, Eladio Rigueira, no dudó en agradecer a todos los acreedores "haber confiado en la viabilidad de nuestra firma a pesar de las dificultades que tuvimos".
