A QUE SABE MI VINO

Caldos exclusivos y a la altura de un edificio emblemático

Pazo de la Cuesta confía en que la actual añada sea la del posicionamiento definitivo de su proyecto vitícola, que está situado en Ribas de Sil, en el inmueble que le da nombre
El propietario de la casa (a la izquierda), Manuel Bellod, con el director de la bodega, Guillermo Hermo. PAZO DE LA CUESTA
photo_camera El propietario de la casa (a la izquierda), Manuel Bellod, con el director de la bodega, Guillermo Hermo. PAZO DE LA CUESTA

El proyecto de Pazo de la Cuesta, conocido por muchos como de Batanero, ha llamado la atención a más de uno por la belleza del conjunto que forman este edificio principal en Ribas de Sil, la zona dedicada a la bodega y los jardines y viñedos de la casa. Pero los vinos que elaboran no se quedan atrás.

Los trabajos para poner en marcha la bodega, amparada por la D.O. Ribeira Sacra, comenzaron a iniciativa del actual propietario del inmueble, Manuel Bellod, que pertenece a la decimocuarta generación de la familia que posee la edificación desde su fundación en el siglo XVI.

Así que, con el objetivo de "devolver el prestigio de antaño al pazo, a su viñedo y vinos" Bellod confió el trabajo diario en el viñedo y la bodega a Guillermo Hermo, un gran conocedor del sector y con experiencia, sobre todo, en bodegas de Rías Baixas. Esta añada, pronostica Hermo en un vídeo difundido por la bodega, es "la que nos va a dar el posicionamiento que necesitamos".

"Tenemos unos vinos con una maduración excepcional, una potencia aromática increíble y un peso magnífico para que sean vinos con una gran evolución", destaca el director de Pazo de la Cuesta, que está ubicado en una zona alta de San Clodio.

En concreto, el edificio se encuentra muy cerca de estación de tren, una infraestructura que, precisamente, fue edificada en terrenos cedidos en su día por la familia propietaria de la bodega.

El monovarietal brancellao 100%, fresco y expresivo, sorprende a más de uno

Pazo de la Cuesta elabora dos vinos tintos y otros tantos blancos. En cuanto a los primeros, una de las sorpresas es el monovarietal brancellao, uno de los pocos caldos 100% de esta clase de uva que se pueden encontrar en la denominación de origen Ribeira Sacra.

"Recuerda a un vino de la Borgoña, con crianza de 6 meses en barrica nueva de roble francés y un frescor y expresividad propios de una desconocida variedad de enorme potencial y gran diferenciación", indican desde la bodega.

Este brancellao es limpio y brillante. Es intenso en nariz, mientras que en boca se muestra franco y complejo. Tiene buena estructura y aporta una frescura que lo hace apetecible en cualquier momento del año. Sobre el maridaje, apuntan que es buena opción para acompañar platos como la pasta con pollo y curry, la ternera asada con castañas o el conejo con cerveza y mostaza.

Por su parte, el mencía de Pazo de la Cuesta busca "la tipicidad y diferenciación de la variedad". Sale al mercado tras pasar seis meses en barrica de roble francés y centroeuropeo.

Los tintos de la última añada tuvieron tan buena acogida que llevan meses agotados. "Son dos vinos muy especiales, marcados por un carácter tan único que solo se lo puede otorgar el ‘terroir’ de un viñedo como el histórico", señalan desde Pazo de la Cuesta.

Vinos blancos

Pero en el momento actual, en el que aumenta el consumo de blancos, Pazo de la Cuesta apuesta también por "poner en valor la gran calidad de la variedad godello". Para ello, presentan un vino que llama la atención por su botella transparente.

Dentro esconde una elaboración que parte de una maceración en frío, fermentación a baja temperatura y posterior crianza sobre lías de cuatro meses. Como resultado, aseguran, "un vino blanco gallego de excelente expresión".

La otra opción es un plurivarietal a base de treixadura, godello, albariño y loureira. Es un blanco de color amarillo pajizo que muestra una boca potente, compleja y fresca exhibiendo "una atractiva armonía de sabores".

Bellod apostó por el vino en 2015, después de retirarse de la invesión

El proyecto

Incluso el prestigioso diario estadounidense The New York Times se fijó en esta iniciativa que está arrancando en Ribas de Sil y que, además de la elaboración de vino, también contempla la recuperación del patrimonio de este emblemático edificio.

Su propietario, Manuel Bellod, que es pianista clásico de formación, decidió apostar por el vino después de retirarse de la banca de inversión en 2015.

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