LA FIGURA de Benedicta Sánchez nos ha encandilado. Por unos días fue la abuela de todos los gallegos y rara es la persona que no se alegró de que, a sus 85 años, esta mujer que nunca había actuado ganase un Goya por su memorable actuación en la película O que arde. En la Ribeira Sacra, dos mujeres han vivido una experiencia que guarda ciertas similitudes. No les ha valido un Goya, pero sí muchos aplausos en la Berlinale, el Festival de Cine de Berlín 2020.
Pilar Rodríguez es natural de Monforte y trabaja como auxiliar administrativo. Nunca había hecho cine, aunque sí conocía el mundo del teatro. Eso sí, como aficionada. Ana Marra, por el contrario, jamás había actuado. Es una hostelera pantonesa que acudió, textualmente, "polo cachondeo" a uno de los cástings que los promotores de la película Lúa vermella hicieron por las poblaciones de la Ribeira Sacra.
Ella se llevó uno de los tres papeles principales del filme. Lois Patiño es el director de una historia protagonizada por tres "meigas". La tercera en cuestión es la coruñesa Carmen Martínez, que como Pilar había hecho sus pinitos con el teatro.
Pilar Rodríguez
► Trabaja como auxiliar administrativo en el hospital comarcal de Monforte y es muy aficionada al teatro
El resultado es una película fresca y una aventura inolvidable para todo el equipo que la ha hecho posible. "Foi unha experiencia irrepetible. Tiveron que facer un traballo de actuación previo e gratificounos moito ver un cine alemán de 650 butacas posto en pé para aplaudirlles", relató Iván Patiño, de la productora monfortina Amanita Films y primo del director de Lúa Vermella.
Las tres mujeres estuvieron en la Berlinale. Junto a ellas se desplazaron Iván Patiño y Felipe Lage como coproductores y el propio Lois Patiño. Tras ver la película les tocó subirse al escenario para recibir la ovación del público. Luego llegaron las buenas palabras de la prensa especializada, que destacó el hecho de que tres actrices no profesionales hayan sido capaces de protagonizar una película muy aplaudida no solo en Berlín, sino también en festivales celebrados en Cartagena, Málaga, Nueva York o México.
"FOI INCRIBLE". La historia personal de Ana Marra casi es de película. La responsable del bar París de Pantón fue al cásting acompañada de sus hijos por mera curiosidad. "Enterámonos de que o facían e sempre quixemos ver como era un, así que decidimos ir", relata.
Ana Marra
►Acudió al cásting de ‘Lúa vermella’ con sus hijos por la curiosidad de ver cómo era el proceso de selección de actores para una película
Se presentó, gustó, la llamaron para probar una segunda y una tercera vez y le dieron el papel. El siguiente paso fue acudir al rodaje, donde conoció a Pilar y Carmen. "Me lo pasé teta", dice la actriz pantonesa sobre la grabación de Lúa vermella. Ana añade que actuar en ella "foi moi divertido. Eramos un grupo pequeniño e estaba todo o mundo pendente de que non nos faltase de nada".
Su versión es muy parecida a la de Pilar. "Todo el mundo fue muy agradable con nosotras, desde el director hasta el último encargado de la película", comenta la mujer, quien, eso sí, no tarda en añadir: "Hubo que trabajar mucho y pasamos algún momento de agobio cuando no nos veíamos capaces de hacer algo". Su aparición en Lúa vermella le ha servido para "valorar mucho más el trabajo de actores y actrices cuando los veo por televisión o en el cine".
El último paso fue viajar a Berlín para la presentación de la cinta. "A pesar de no hablar ni alemán ni inglés nos recibieron muy bien, aunque se notaba una gran diferencia entre la zona donde estábamos nosotras y la de las actrices profesionales. En la suya se percibía mucha más pomposidad", describe. Para Ana Marra, lo más curioso de acudir a la Bernilale fue "entrar a un cine cheo de xente para ver unha película na que saio eu".
Por supuesto, la película ha significado una buena relación entre las tres actrices. "Levámonos bastante ben entre nós grazas a saír en Lúa vermella", confirma Ana Marra. Ella y Pilar Rodríguez —acompañadas por su compañera de reparto coruñesa Carmen Martínez— se han erigido como las 'benedictas' de la Ribeira Sacra.
