Allá por el año 1963 abrió sus puertas en Monforte, en el bajo del número 27 de la calle Roberto Baamonde, la Sala de Fiestas Marycielo. Un local que se convertiría en todo un referente en el naciente mundo del rock y el ocio discotequero.
El artífice de este templo de la modernidad fue Rafael Losada García, fallecido el pasado 2015, que era de todos conocido como Rafa del Marycielo y que regentaba, junto con sus hermanos Pedro y Domingo, un sin par comercio de comestibles en la calle Cardenal.
Hace años, en una conversación mantenida con Rafa en el Círculo Victoria, tomando un café, me relató cómo nació este singular salón de fiestas. Todo comenzó en el arranque de la década de los 60, cuando vino destinado a Monforte el practicante Luis Raíces, que fue masajista del Lemos. Este activo personaje, al parecer, organizó en 1962, con un grupo de estudiantes de Santiago, acompañados de la Tuna de Medicina, un partido de rugby que acabó en una fiesta, con baile popular incluido animado por los tunos, en el primer piso de Roberto Baamonde 27, celebración en la que Rafael cedió el local y se encargó del servicio de bebidas. Aquí, Rafa Marycielo había iniciado ya, ese mismo año, un negocio dedicado a banquetes nupciales. Rememoraba que el primero del que se ocupó fue el de la boda de María Teresa Hernández Rodríguez.
Visto el éxito del bailoteo con los universitarios, Rafa no dudó que aquello olía a buen negocio y en el bajo del edificio montó la que sería una afamada sala de fiestas, a la que acudían jóvenes no solo de Monforte y de la zona sur de Lugo sino también de Ourense y de la propia capital de la provincia.
Al año siguiente, el local de baile iniciaba su andadura con el grupo Los Marines, de Vilagarcía. La entrada costaba 15 pesetas para hombres y 10 para mujeres. "Un sobrino mío que trabajaba allí trajo la orquesta, todos vestidos de marineros, y fue todo un bombazo", relataba Rafael en esa charla, con una amplia sonrisa.
Por el reducido pero caliente escenario de la sala desfilaron orquestas y formaciones musicales pioneras en el panorama del rock gallego. Los Alesandi, de Sarria, y los monfortinos Os Hórreos, grupo integrado por Carbia, Félix Carretero, Margallo y los hermanos Barbagelata, eran de los habituales. También los Kawes y Los Camon’s dejaron su huella aquí. Losada recordaba que, entre otros, músicos locales como Carlos Lastre, Piñeiro, Margallo, Jorge, Antón Valcárcel, Pollos, Baliña o Chichi dieron vida a diferentes grupos en Monforte. “Cada quince días cambiaban de nombre”, afirmaba el inolvidable Rafa Marycielo.
La realidad es que esta peculiar discoteca fue cobrando una fama inusitada y a los bailes que organizaba los domingos, desde las 6 de la tarde hasta las 10, acudían jóvenes de toda la comarca e incluso de Lugo y Ourense. Con estos últimos, según relato de Rafael, un joven de Monforte, conocido por Peinao, "solía montar broncas con frecuencia y acabé dejándolo pasar gratis para que no armara follón". Lo mismo hacía una pandilla de Piñeira, en la que tres folloneros la liaban también con asiduidad y acababa la cosa en pelea, según recordaba Rafa, que tenía a Milagros, su mujer, vigilando por la sala para evitar estos altercados.
En este local, muchas chicas monfortinas se echaron novio y el tema acabó en matrimonio. Losada había alquilado en esa década mágica de los años 60 el segundo piso del edificio al Dr. Matías (reconocido ginecólogo en Lemos). A este respecto siempre comentaba la anécdota de que en el bajo que ocupaba la sala de fiestas se conocían, en el primer piso celebraban el banquete de boda y en el segundo, donde venían los hijos al mundo, “pagaban las consecuencias del matrimonio”.
En la taquilla vendía las entradas Pepiño, alias El pelao y el portero era Jaime Vázquez, labor en la que, en ocasiones, le daba relevo El cojo, un hombre entrado en años y con bastante "mala leche", según rememoraba Rafa.
La Marycielo fue además escenario, bajo la tutela de Pepe Garalva, de un buen número de elecciones de Miss Monforte. Estos certámenes los anunciaba mediante programas de mano, como los de las películas de cine. Uno que conservamos del año 1967 daba cuenta de que el baile sería amenizado por Kalu 96 y en la sesión se elegiría a la monfortina más bella, así como a miss fotogenia y miss simpatía.
La apertura de la discoteca Deyma en la calle Duquesa de Alba, a comienzos de los años 80, fue el principio del fin de la sala Marycielo que, allá por 1985, cerraría sus puertas y un año después, en el local que ocupó, se instalaría un supermercado.
Sirvan estas líneas de recuerdo y reconocimiento para el desaparecido Rafa Marycielo, un monfortino de raza, cuya trayectoria personal y profesional merecen un hueco en nuestra pequeña historia local. Fue uno de esos protagonistas en la sombra que no suelen aparecen en los grandes titulares.
