A QUE SABE MI VINO

Amor a un mentor, respeto y nostalgia

Cividade Edición Limitada es el homenaje de Brais Verao a su abuelo, Pepe do Outeiro, de quien aprendió el oficio de viticultor
Brais Verao con su Cividade Edición Limitada. L.A.R.
photo_camera Brais Verao con su Cividade Edición Limitada. L.A.R.

La bodega Cividade de la Denominación de Origen Ribeira Sacra mantiene una fidelidad extrema a la viticultura tradicional. Esta empresa familiar de Sober, a cuyo frente está Brais Verao López, saca al mercado cada año unos 9.000 litros de vino, la mayoría de un tinto mencía y una pequeña cantidad de godello. Las 2,5 hectáreas de viñedo de la bodega se reparten entre territorios de Chanteiro y Amandi, pero hay una viña — que se llama Cividade (viña de sueños) y le da el nombre a la bodega— que es el ejemplo más gráfico de la llamada viticultura heroica.


En Cividade no hay muras, no hay bancales, cada cepa mantiene una lucha titánica por abrirse camino entre las piedras. Desde el año 2016, y siempre que la calidad de la uva lo permite, con la exquisita producción de este viñedo se elabora un Cividade Edición Limitada. En la cosecha de 2020, la última que llegó mercado, se hicieron 300 botellas y en 2021 la botritis impidió la gesta.

En 2020 salieron al mercado 300 botellas de un mencía fresco, vertical y con una marcada mineralidad

 El Cividade Edición Limitada sabe a amor, respeto y nostalgia y es la manera que encontró Brais Verao de homenajear a su abuelo José Verao, Pepe do Outeiro, su mentor en el mundo de la viticultura. "A min sempre me tirou a viña, pero o que máis me tiraba era ir á viña co avó. Botaba a tarde falando, contándome, ensinándome. Agora que non está levo música, pero noto esa falta", dice.

Brais Verao se puso al frente del negocio con 21 años para darle un descanso a su padre, que le había dado el relevo al abuelo, y es de esos viticultores jóvenes que están llamados a llevar el vino y la Ribeira Sacra a otra dimensión. Además, aunque hacer una edición limitada con Cividade parezca un arrebato emotivo, la hazaña está más que justificada.

Se dice que las piedras que conforman el terreno de Cividade son de origen glaciar. Pepe do Outeiro ya le explicaba a Brais que guardan el calor del día para soltarlo por la noche y almacenan el fresco nocturno para desprenderlo y dosificarlo cuando el sol aprieta. En esa parcela hay un microclima que le da carácter y sublima el vino.

Pepe do Outeiro hacía la vendimia solo, durante varios días en los que no regresaba a casa y dormía al raso en la parcela

Antes de la construcción de los embalses del Sil, Cividade tenía un tamaño mayor. Pepe do Outeiro hacía la vendimia solo. Durante tres o cuatro días trabajaba sin parar. No volvía a casa, dormía al raso al amparo de un penedo y comía de seco. Cuando las cestas estaban llenas mandaba recado y venían los refuerzos para ‘carretar’ la cosecha. La subida con los cestos a la espalda o llevaba hora y media y en el trayecto se hacían cinco ‘pousas’ (paradas).

El año que la abuela de Brais estaba embarazada del padre de Brais, Pepe do Outeiro subió los cestos hasta la pousa das merendas y, allí, su mujer, con una barriga de unos cinco meses, dividía la carga en dos cajas más pequeñas y hacía el resto del camino.

Las presas subieron el nivel del agua del Sil y parte de Cividade está sumergida. Ahora la vendimia se hace en una mañana entre varias personas y los cestos se sacan por el río, en una pequeña barca. Las condiciones han cambiado pero la estampa de Cividade no perdió exclusividad ni esencia.

Hace unos años Brais y su padre se fueron una tarde a la viña y vieron que un penedo se había movido, cuando se disponían a asegurarlo se produjo un desprendimiento desde la parte alta de la parcela. A Brais le pilló más apartado y su padre se hizo un ovillo, se agachó al lado de otra piedra y logró un efecto puente. "Acabou mazado, pero foi o menos malo, puido quedar alí debaixo", dice Brais. En la zona del arrastre no quedó nada, pero ahora, pasado el tiempo, alguna cepa se abre camino. "Volve a vida", explica emocionado el nieto de Pepe do Outeiro. Su reto es aprovechar esta nueva oportunidad.

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