Los alcaldes de Chantada y Carballedo apremian para dar continuidad a la autovía

Lorenzo Varela y Yebra-Pimentel están satisfechos, pero señalan que se ha tardado mucho en abrir la circulación
Manuel Lorenzo Varela. EP
photo_camera Manuel Lorenzo Varela. EP

Las primeras reacciones a la apertura del primer tramo de la A-56 no se han hecho esperar en dos de los municipios lucenses que atravesará la futura autovía Lugo-Ourense. Tanto en Chantada como en Carballedo hicieron una valoración positiva de que los 8,8 kilómetros entre A Barrela y San Martiño ya puedan acoger vehículos, pero advierten de que el plan se ha alargado demasiado.

El alcalde de Carballedo, Julio Yebra-Pimentel, se remonta incluso más atrás de aquel 2008 en el que empezaron las obras. Él recuerda el año 2003, cuando se celebró en A Coruña un consejo de ministros en el que se incluyó el Plan Galicia.

"Desde aquilo pasaron 17 anos. Foi o tempo que se necesitou para construír nove quilómetros. A este ritmo, para que a autovía estea recuentra matada serían necesarios máis ou menos 140 anos. Nin os nosos tataranetos a verían feita", apuntó el regidor popular.

Yebra dijo que la infraestructura es francamente beneficiosa para Carballedo, aunque lo que más le preocupa ahora es que tenga continuidad. "Se non hai unha proxección a outras poboacións da provincia e de Ourense non ten demasiado sentido", señaló.

Como alcalde se declaró satisfecho por haber llegado hasta este punto y resaltó la importancia de la A-56 para impulsar la zona. "Todas as cidades de Galicia están conectadas por autovía menos Lugo e Ourense", resaltó.

Sobre la tardanza, Julio Yebra prefirió no culpabilizar a ningún gobierno ni partido en concreto. Fue tajante al afirmar que la responsabilidad "é de todos" y llamó a tratar al interior de Galicia "doutra maneira para que non quede despoboado".

El alcalde de Carballedo abogó por "axudar aos máis débiles" y hacer políticas que permitan a las comarcas menos desarrolladas "equipararse ao resto".

Futuro. A escasos kilómetros de Carballedo, el homólogo de Julio Yebra hizo igualmente una valoración "positiva" de la apertura del tramo A Barrela-San Martiño. El alcalde de Chantada celebró "ver rematada esta parte da A-56 despois de tanto tempo".

No obstante, el popular Manuel Lorenzo Varela subrayó que toca "retomar o resto dos treitos". De hecho, intervino durante el acto de apertura de la carretera (al que asistieron él, Julio Yebra y el alcalde de Vilamarín) al finalizar el turno de los representantes del Gobierno central: "Agora hai que facer o que queda", comentó.

Varela recordó que para ir a Ourense "non vale aínda", aunque matizó que los casi nueve kilómetros de autovía sirven para "aforrar tempo nos nosos desprazamentos cara a Vigo ou á comarca do Ribeiro".

Fue en Chantada donde se celebraron varias reuniones de un comité conformado por representantes políticos y del sector empresarial de los municipios lucenses y ourensanos atravesados por la N-540 y situados en el trazado de la futura A-56. El objetivo era establecer medidas de presión para mejorar la primera carretera y agilizar la construcción de la segunda.

"O que toca é presionar, pero tamén negociar para que o que queda da A-56 se faga na maior brevidade posible", anunció Manuel Lorenzo Varela, quien insistió en la importancia de la infraestructura para el desarrollo de los municipios y las comarcas.

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