Albores conserva en Monforte el espíritu del Xoves de Compadres

La asociación de apoyo a pacientes con enfermedades mentales elaboró seis figuras con claras referencias a la pandemia del covid
Los compadres de Albores llaman a la confianza frente a la pandemia. ALBORES
photo_camera Los compadres de Albores llaman a la confianza frente a la pandemia. ALBORES

La asociación monfortina Albores, de apoyo a personas con enfermedades mentales, ha decidido conservar el espíritu del Xoves de Compadres, una de las fechas señaladas del Entroido en Monforte y la Ribeira Sacra, con seis figuras que hacen claras referencias a la actual pandemia.

El covid-19 ha obligado a cancelar todo tipo de eventos y actos festivos. Entre ellos, el citado Xoves de Compadres, que tendría que haber tenido lugar este jueves. Albores se encarga cada año de elaborar los compadres del Ayuntamiento, que se exhiben en la Praza de España. En esta ocasión, y con motivo de las restricciones y la suspensión de la celebración, han decorado el exterior de la sede del colectivo.

Los compadres son figuras masculinas que abarcan desde un punto de vista satírico temas de actualidad. Por supuesto, el gran protagonista ha sido el coronavirus, que condiciona nuestro día a día desde hace casi un año.

"En Albores temos moi claro que hai que manter a esperanza e a tradición. Non podemos perder a parte psicolóxica e social que nos caracteriza", explica la directora de la asociación, Elisa Sapia, quien añade que la pandemia ha obligado a adaptarse y reinventarse a la hora de mantener cualquier tipo de actividad social.

Por esa razón, los seis compadres de Albores recuerdan desde un punto de vista optimista "a vida nos balcóns" que tocó hacer la pasada primavera debido al confinamiento. "Dous compadres fan deporte, outros dous están no balcón coa música posta e os dous restantes xogan ás cartas diante dun cartel co lema "Todo vai saír ben"", relata Sapia.

En la elaboración participaron los usuarios de Albores (son 26 en Monforte), la terapeuta ocupacional y dos monitoras. Fue un modo de conservar una tradición e insuflar esperanza en tiempos duros.

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