Con aires renovados pero igual filosofía

Abadía da Cova es una de las bodegas punteras de la D.O. y sigue apostando por la innovación desde una perspectiva familiar
La tercera generación de la bodega, en uno de sus viñedos. EP
photo_camera La tercera generación de la bodega, en uno de sus viñedos. EP

Hace 65 años que Ana Vázquez y Pepe de Cuñas comenzaron a elaborar orujos. Se dieron a conocer por trabajar bien y poco a poco fueron creciendo. Al poco, Adegas Moure ya embotellaba albariño. Pero la semilla de todo la había sembrado Baldomero Moure, que hace ahora 100 años había comenzado a producir vinos que vendía a granel en la zona.

Los tiempos han cambiado y una nueva generación de la familia se ha hecho cargo de Abadía da Cova en el último lustro. José y Miguel Moure y Paloma y Adrián Rodríguez son el presente y también el futuro de esta bodega, una de las más conocidas de la Ribeira Sacra, aunque eso no le ha privado de mantener su esencia familiar.

Los cuatro primos tenían las lógicas ganas de salir a otras ciudades y de abrirse diferentes caminos. Estudiaron Psicología, Bellas Artes o Sociología, pero el destino les tenía preparada una vuelta a casa. "El mundo del vino cada vez nos gustaba más, así que decidimos formarnos para llevar la empresa", indica José Moure.

Los enólogos eligieron Loia como el mejor vino de la D.O. Ribeira Sacra

El trabajo e ilusión de esta nueva generación ya está dando sus frutos. De hecho, Abadía da Cova acaba de recibir un Gran Oro —el único que se llevaron los vinos de la Ribeira Sacra— en una reciente cata de la Federación Española de Enólogos por su Loia, un blanco que mezcla godello (80%) y albariño (20%), fermenta en barrica y envejece durante seis meses.

En la etiqueta de las 4.000 botellas que salen al mercado de esta marca se puede leer la frase "rumor que se divulga en secreto". No solo es la definición que da el diccionario de ‘loia’, sino un buen reflejo de lo que significa este vino. "Una pequeña producción, un blanco bien hecho, algo que no es masivo...", resume José.

Este Loia, distinguido como el mejor vino de la denominación de origen para los enólogos, destaca por el equilibro entre las dos variedades, que están bien representadas. Con un color amarillo pajizo, es un blanco "fresco, pero potente" y redondo, que se vende en hostelería y tiendas.

Pero el catálogo de vinos de Abadía da Cova, que en breve será reformado, cuenta con al menos una docena de referencias más. En total, producen unas 300.000 botellas, siendo el mencía joven el más vendido. También tienen vinos elaborados a base de variedades menos frecuentes, como el caíño o la loureira, y siguen "tratando de conocerlas a fondo para sacarles el máximo partido".

La investigación es otro de los aspectos que hacen diferente a esta bodega. Entre sus muchos proyectos, recientemente finalizaron uno junto a la Universidade de Vigo en el que concluyeron que repartir por las viñas el bagazo convertido en humus mejoraba la calidad de los vinos.

Volviendo al catálogo, si a José Moure le hacen elegir él se queda con el tinto Penafión, por considerarlo "un claro representante de lo que es un buen mencía". Es un vino de pago, elaborado con uvas de una parcela muy antigua, con gran pendiente y cerca de las instalaciones de Abadía da Cova.

En la actualidad trabajan 25 hectáreas que se reparten por tierras de A Cova (O Saviñao), Amandi y Montefurado (Quiroga) y siguen buscando recuperar parcelas singulares.

Acaban de crear un departamento solo para potenciar el enoturismo, que está en claro auge

La bodega también dedica muchos esfuerzos al enoturismo, que consideran "una gran oportunidad, tanto por crear marca como por aumentar la venta en bodega", indica José. Acaban de crear un departamento específico para esta línea de negocio y este año sumarán experiencias.

Visitas

Son muchas las personas que llegan a Abadía da Cova. Hace poco los visitó un grupo de estudiantes de una universidad del norte de Italia. Mirar al exterior es otro de sus objetivos, pues cada vez exportan más, sobre todo a Estados Unidos, Dinamarca y Suiza.

Los planes de esta bodega están claros. Quieren seguir creciendo, innovando y haciendo vinos "cada vez de más calidad" y que tiendan a lo ecológico, pero, sobre todo, quieren ser fieles a su filosofía, en la que destaca la familia y el respeto por el entorno.

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