Son contados los casos de mobbing en el trabajo que llegan a juicio. Uno de esos episodios se resolvió este jueves en el juzgado de lo Penal número 1 de Lugo. Un empresario se sentó en el banquillo de los acusados porque vejó e insultó a dos empleadas. No se llegó a celebrar la vista oral, porque se llegó a una conformidad.
El procesado aceptó una condena de seis meses de prisión por cada uno de los dos delitos de mobbing o acoso en el trabajo que le atribuían y una indemnización de 731 euros en total.
El fiscal pedía inicialmente dos años de prisión, pero la rebajó, tras llegar a un acuerdo con el letrado que ejercía la acusación particular y con la abogada de la defensa, al reconocer los hechos el acusado.
Según la acusación formulada por el ministerio público, el empresario, "con ánimo de atentar contra su integridad moral", profería insultos como "puta", "zorra", "burra" o "tonta" contra una de ellas, que era auxiliar administrativa, y le solía decir "no vales para nada".
El fiscal añadía que el encausado aprovechaba momentos en los que se encontraba a solas con esta empleada en las instalaciones de la empresa, sita en Monforte de Lemos, para proferir a gritos insultos contra ella, lo que, a su juicio, generaba "un clima de tensión y estrés insostenible" para la víctima.
Debido a ese acoso, según el informe médico forense, esta trabajadora sufrió en abril de 2017 "un estado de ansiedad, con nerviosismo y palpitaciones", por lo que estuvo una semana de baja.
Pero esa situación de mobbing no solo la sufrieron estas dos empleadas. Según la acusación del fiscal, desde que fundó la empresa en Monforte de Lemos en 1995, "de forma dolosa e intencionada y con ánimo de atentar contra la integridad moral de sus trabajadores comenzó a crear una situación de temor dirigiéndose a ellos de forma despectiva utilizando insultos y amenazas constantes".
