Las crónicas ferroviarias históricas destacan con letras de oro la fecha del día 1 de septiembre de 1883 como la de la inauguración oficial de la línea férrea de Palencia—Monforte— A Coruña. Sin embargo, ese trayecto se abrió al vapor el 4 de agosto del mismo año, con un viaje de pruebas que tuvo su punto de salida en Madrid y la meta en la ciudad de A Coruña. Pero la tracción a vapor, según constata una carta manuscrita que se conserva de un monfortino de aquella época, el médico Evaristo Rodríguez, se vio por primera vez en la capital de Lemos el 13 de junio de 1882. En este año, de acuerdo con dicha misiva: "la Compañía del Noroeste presentó el tendido de la vía desde Ribasaltas a las Fuentes de Reigada, con la intención de prolongarla hasta Frieiras".
Señala Evaristo Rodríguez, que fue alcalde de la ciudad allá por 1909, que la compañía de ferrocarriles "había traído hasta Ribasaltas, en carros especiales tirados por bueyes, una caldera de vapor (locomotora) y sus auxiliares, cuatro furgones y un coche de tercera clase y unas plataformas y se puso todo este tren en marcha desde Ribasaltas a los almacenes de la estación frente al Cubelo, si bien pasó luego parte de ese tren hasta las Cruces, de donde dio vuelta para dichos almacenes".
Así pues, el pasado mes de junio, se cumplieron 140 años de la puesta en marcha de la locomoción a vapor en la capital de Lemos. Tuvo que ser todo un espectáculo para los monfortinos de aquella época. Fue la primera vez que se vio funcionar un tren en estos pagos y el arranque de lo que sería el sello de identidad de la ciudad como núcleo ferroviario en Galicia.
Hay que tener en cuenta que la línea de A Coruña a Palencia por Monforte se ejecutó en cinco secciones que fueron: Palencia-León, León-Ponferrada, Ponferrada-Quiroga, Quiroga-Lugo y de aquí a la capital herculina. Los trabajos del que sería eje ferroviario de enlace de Galicia con la Meseta de Castilla comenzaron allá por 1861 con los trayectos Palencia a León y de aquí a Ponferrada, con posterioridad.
En mayo de 1880 el tendido las vías alcanza ya Puebla de San Julián y en octubre de ese mismo año llega a Sarria, con lo que los trenes podían circular ya de A Coruña a la villa sarriana. Fue en 1882 el momento en que se concluyó el complicado tramo de Sarria a Oural, que incluía un túnel de casi dos kilómetros de largo, con una rampa de 20 milésimas, que convirtieron a este paso excavado en la montaña en un "hueso duro" para los trenes que tenían como destino A Coruña.
Poco tiempo después, el itinerario comprendido entre Oural y Monforte se remató, con lo que quedó completado el trazado de la línea Palencia- A Coruña. En este último tramo trabajaban mensualmente unos 5.000 operarios que hicieron posible el remate de esta línea, según cuenta Fermín Avellaneda en su libro Monforte y el ferrocarril. Este camino de hierro que conectó a Galicia con Castilla supuso el final del aislamiento secular de la comunidad con la capital de España.
Como es sabido, fue el primero de septiembre de 1883 la fecha de inauguración oficial de ese eje de comunicación. En la estación de tren de monfortina estuvieron el rey Alfonso XII y su esposa María Cristina, acompañados de un nutrido séquito, para presidir el acontecimiento. Aquí fueron recibidos y agasajados por las autoridades municipales con un pequeño banquete, con brindis incluido, del que quedó amplia crónica histórica y periodística.
En el convoy viajaban el Duque de Sesto (que ostentaba el cargo de Jefe superior de Palacio) e ingenieros y directivos de la compañía ferroviaria del Noroeste para comprobar el estado del tendido. Siguiendo las crónicas de aquellos tiempos, el convoy de pruebas había salido de Madrid el día 3 agosto a las 12 de la mañana y efectuó una parada en Palencia a las 8 de la tarde. El viaje prosiguió hasta San Clodio-Quiroga, en donde permaneció parado durante una hora para el descanso de los pasajeros y la revisión de la locomotora y vagones. Arribó a la estación monfortina a las 10,45 horas de la mañana del 4 de agosto.
En la capital del condado de Lemos la comitiva encabezada por el Duque de Sesto estuvo detenida un par de horas para almorzar y reemprendió el viaje. A las 18,45 horas del mismo día 4 de agosto de 1883, llegaba el convoy a la capital coruñesa. Así pues, ese primer viaje entre la capital de España y la ciudad portuaria de A Coruña duró nada más y nada menos que 30 horas.
