"Tiene 49 años, mujer, hijos y nietos. ¿Qué iba a hacer con mi hija?"

La joven desaparecida en Mourente ya está en casa

Judith Jiménez, de 21 años, se había marchado con un hombre de 49 años, al que la Policía no detendrá al considerar que la marcha fue voluntaria
La joven se reencontró con su familia este jueves por la noche en Mourente
photo_camera La joven se reencontró con su familia este jueves por la noche en Mourente

Judith Jiménez, la joven de etnia gitana de 21 años que faltaba de su domicilio de Mourente desde el martes por la mañana, fue localizada en la tarde de este jueves en O Carballiño. Las gestiones a dos bandas realizadas por los investigadores de la Comisaría Provincial de Pontevedra y por los familiares de Judith, que padece una importante discapacidad psíquica, desembocaron en el esclarecimiento total de los hechos que mantuvieron en vilo a Alfredo y a Ausencia, los padres de la joven, hasta última hora de la tarde de este jueves.

La secuencia de hechos apuntó desde un principio hacia la hipótesis de una desaparición voluntaria, una circunstancia que se confirmó en la mañana del jueves. Los familiares interpusieron la denuncia el martes al ver que la joven no regresaba después de salir de su domicilio para tirar la basura. Poco después intentaron contactar con ella y les contestó una voz de varón que decía no saber nada de Judith.

El miércoles por la mañana, con la Policía Nacional en plena investigación, el padre de la joven volvió a establecer contacto con el individuo, de nombre Jesús y con domicilio en Maceda (Ourense). Tras una conversación consiguió hablar con su hija, que solo respondía ‘mi marido’ en alusión al hombre con el que se encontraba, lo que dejaba claro que estaba con él por voluntad propia.

Sin embargo, la gran preocupación de Alfredo y de Ausencia era el estado mental de su hija. "Tiene un 89 por ciento de discapacidad y no sabemos qué puede hacer. Además, ese hombre tiene 49 años".

La Policía Nacional de Pontevedra considera los hechos una desaparición voluntaria, por lo que no tiene previsto abrir diligencias de investigación sobre lo ocurrido ni detener a Jesús.

La familia de Judith no aportó la documentación necesaria referente a su grado de discapacidad, por lo que no es posible acreditar si su estado psicológico alcanza un grado que pueda anular su voluntad.

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