Gregorio Gullón Campoamor

Lugo perdió el domingo a uno de sus maestros más queridos, Gregorio Gullón Campoamor, Don Gregorio, como le llamaban sus alumnos. Tenía 102 años y era el profesor más longevo de la provincia de Lugo. Había dedicado 45 años a la enseñanza, desde 1937 a 1982. Su primera escuela, como alumno, fue la de Santa Colomba de Somoza, en Astorga. Allí fue preparado, incluso por libre, para examinarse posteriormente de Bachillerato en León, que fue donde descubrió su vocación de docente, profesión que comenzó a ejercer como interino en Sarria, Callón (Sarria) y en Cedrón (Láncara). Su primera escuela definitiva la tuvo en Hermunde (Pol). Era mixta y unitaria, ubicada en una antigua cuadra que guardaba un fuerte olor a vacas. No tenía luz y utilizaban candiles de carbono para poder ver algo cuando el pequeño ventanuco que había no aportaba claridad suficiente. De allí saltaría a Rinlo (Ribadeo). La vida profesional de Gregorio Gullón, que fue presidente de la Asociación Provincial de Maestros Católicos, continuó en el colegio Aneja, de Lugo, donde educó a cientos de niños entre 1946 y 1982 y fue un referente para profesores y muchos alumnos, en los que dejó el ansia por aprender y también por enseñar. En todos ellos queda el recuerdo de un hombre bondadoso, de gran humanidad. Llegaba a la Aneja en su bicicleta con motor que era la envidia de los escolares, a los que inculcó el amor por los libros, tanto a su exterior (le encantaba encuadernar) como a su interior. Y, sobre todo, se ganaba a todos ellos con su metodología, ese «ir pouco a pouco para chegar sempre», que relató uno de ellos, Baldomero Iglesias, ‘Mero’, en un artículo publicado en este diario con motivo de su centenario.

Alumnos, compañeros y familiares podrán darle el sábado, a las doce y media de la mañana, su último adiós en el funeral que se oficiará en la iglesia parroquial de San Francisco Javier.

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